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9 de diciembre de 2005

standing on the shoulders of giants

y es que es lo de siempre: después de toda una vida de, romántica o acrítica o ignorantemente, admirar a los protagonistas de las vanguardias europeas de principios del siglo veinte y de la entreguerra por su radicalidad y/o genialidad, uno se viene a enterar de cosas como las siguientes: de que man ray acostumbraba ir al cine para ver la película de turno con la mano puesta encima de su propia cara, así con dedos entrecerrados, en plan pelado asustadizo ante película de drácula o ante el video de “thriller” de michael jackson (a mí me daba miedo, de pelado, ese video, pues), para aislar los elementos visuales de la pantalla y, de ese modo, no seguir a rajatabla lo que le imponía el aparato cinematográfico sino crear su propia narrativa.

o de que breton, ese gran poser sin parangón en la historia del arte occidental, solía hablar en voz de lo más alta durante las funciones de cine, para romper la ilusión de realidad que le querían vender no sólo hollywod sino también las industrias europeas. o de que el mismo breton gustaba de meterse en el cine sin enterarse ni del nombre de la película ni de la hora de inicio de la presentación, para abandonar la sala en el momento en el que empezara a entender de qué iba la cosa y dirigirse, inmediatamente, al siguiente teatro para hacer lo mismo, y así sucesivamente hasta que se le acababan los cines de nantes, en donde por lo visto vivía el man en dichos tiempos, según la historia de la que me enteré, y donde (en nantes) en los años veinte la verdad es que no debe de haber habido tampoco demasiados cines.

o, para venir más para acá, después de haber sido un creyente en la genialidad de un warhol acabar viendo algún día chelsea girls (1966) o, peor que peor, lonesome cowboys (1969), por no decir las insufribles empire (1964) o sleep (1963), que no sé por qué siguen siendo citadas en toda historia del cine de vanguardia o del cine a secas cuando son supinamente estúpidas.

es que en serio que no queda otra palabra para definirlas, creo.

o, ya para ponerse aun más iconoclasta, lo que pasa cuando se escucha a john lennon (que en paz descanse desde hace 25 años, ayer u hoy – un gran músico, sin duda, pese a que paul es mi beatle favorito. pero definitivamente ni un gran poeta ni un gran ideólogo, john [paul obviamente tampoco], más bien un cliché demasiado exagerado desde hace años ya. demasiada obligación eso de que tenga que ser el beatle preferido) y yoko ono diciéndole a una periodista que los entrevista en la famosa cama en la que hicieron su huelga contra la guerra de vietnam que el mensaje de toda su campaña anti-guerra es, realmente, y simplemente, “love”... porque si tan sólo nixon y los arquitectos de la guerra quisieran a alguien, amaran, no mandarían a matar a tanta gente... en plan (textual de yoko)‚ “if you love someone, you don’t wanna hurt anyone”. ante lo cual hasta la pobre periodista burguesa se exaspera, naturalmente, y les dice en tono ya francamente cabreado que no puede ser que de veras sean tan ingenuos como para decir las barrabasadas que están diciendo.

si yo voy al cine y alguien se me pone en plan man ray, gesticulando para diseccionar el encuadre o algo, yo me temo que lo voy a considerar un cretino. lo de breton es por un lado mala educación (eso de hablar en el cine y joder a la gente que está alrededor del man) y por otro el más vulgar zapping, o sea que el man puede haber sido un pionero o algo, zappeando cincuenta años antes del advenimiento del control remoto, pero no veo del todo lo revolucionario del gesto, y me pregunto, por otro lado, de dónde sacaba el man la plata para visitar varios cines en un mismo día, aun tomando en cuenta que la entrada en esa época no debe haber sido demasiado cara.

de warhol sin comentarios. me gustan algunas cosas del man, incluso me gustan muchas cosas del man, y me gusta o, más bien, me interesa lo que representa su existencia, en esa gran ruptura cultural que es la llegada del postmodernismo a la cultura norteamericana/occidental, pero si él fuera mi contemporáneo creo que no lo respetaría demasiado. y, precisamente, no por considerarlo demasiado provocador, sino más bien por considerarlo ligeramente imbécil.

en cuanto a john... pues bien, sí hay un par de docenas de canciones excelentes, claro. más de un par de docenas. pero leyendo lo que el man opina sobre casi todo lo que se le pueda a uno ocurrir la verdad es que no entiendo el endiosamiento. ¿zapatero a tus zapatos?

el soundtrack es el ya viejísimo beautiful freak (1996) de eels, un grupo post-grunge al que respeto sin conocer mayor cosa de lo que han hecho en los últimos años (pero sé que siguen dando guerra). una vez, hace ya casi un lustro, un periodista alemán de cuyo nombre no me acuerdo dijo que la voz de e, el cantante de esta banda, era para él lo más cercano que él tenía a una “patria”. me pareció un halago impresionante. yo creo que yo diría lo mismo de la voz de kim deal. e sería, sin duda, una “patria” o un país al que siempre me gusta volver, también...

yo en general creo que, pese a ser un tipo muy sociable (ya dice), prefiero ver películas solo, y no sólo en caleta sino incluso en el cine, desde que fui unas tres o cuatro veces solo al gran cine maya de guayaquil a ver when harry met sally... (1989) y esto pese a que tengo la suerte de tener un par de amigos y amigas, así como de familiares, con quienes ver pelis es un gusto, porque se quedan callados, como yo, durante la función, y porque después es posible conversar sobre lo que se ha visto con todo fresco en la memoria y con un cierto grado de racionalidad.

pero es que las cosas que pasan de vez en cuando son otras: que uno está viendo, digamos, der untergang (2004), la peli alemana sobre los últimos días del búnker de hitler en 1945, y la amiga que lo acompaña a uno se asusta con cada bomba y casi que se pone a llorar cuando magda goebbels mata a sus propios hijos para que no tengan que vivir en un mundo sin nacional-socialismo. digamos, justificable, pero es que, no sé, si ya vas a ver una película sobre la caída de berlín, como que está claro que va a haber bombas, ¿no? y la historia de magda goebbels y sus hijos se la sabe cualquier persona medianamente educada en este país, así que no veo el porqué de tanto emocionalismo.

o vas al cine foro de la casa de la cultura en la época del grunge para ver quién sabe qué y tu acompañante, tan grunge ella, está en zapatillas, y se le ocurre (ella es tan grunge) apoyar los pies en los respaldos de la fila de asientos anterior a uno, ante lo cual el viejo probablemente estalinista que está a dos metros de dichos pies se enfada y se levanta despotricando para irse a otro lado. maldita juventud. viejo de mierda, ok. pero por otro lado tiene razón, el viejo.

o ir de pelado a ver thelma & louise (1991) con la gente del curso de uno, cuando uno está así en segundo curso o algo, y que toda la gente se aburra con la peli, y que hagan el relajo intrascendente que hacen los pelados de segundo curso en el cine, cuando lo que uno, nerd como siempre, lo que quiere es ver la película, que resulta que le está encantando a uno pese a todas las molestias provocadas por los bobazos de los “panas”... y que después, comiendo una pizza, un amigo cuyo gusto se respeta te diga, después de no haber visto nada por haber participado en el “relajo”, que es que la peli tenía una dirección remala.

o ir a ver una peli de subiela (creo que las últimas imágenes del naufragio [1989]), ese argentino a quien tantos adoran y cuyas películas yo considero absolutamente insoportables, para que a la salida, criticándola con otro pana pensante (curiosamente, el mismo que opinaba que ridley scott había fallado con thelma & louise), una man del grupo nos pregunte que si siempre somos así, tan “analíticos” (creo que no dijo esa palabra, a decir verdad por falta de capacidad), cuando vamos al cine... que por qué no mejor nos dejamos llevar por las “emociones”, por los “sentimientos”, en lugar de diseccionar e intentar entender... y es que subiela era el director favorito de esta por cierto aspirante a cineasta de hace diez años, que quién sabe dónde estará.

o pasa que tu pelada se duerme en el cine cuando están viendo traffic (2000)... la gente que se duerme en el cine me saca de quicio. sobre todo si se trata de mi pelada (se durmió también durante stepping razor [1992], bowling for columbine [2002] y, aunque en este caso estoy de acuerdo con su “criterio”, la primera de la penosa serie de harry potter [harry potter and the sorcerer's stone, 2001]... pero tengo que reconocer que esta mujer trabajaba y trabaja como un buey, y que no era de extrañar que se duerma en el cine ya cerca de la medianoche).

o que otra pelada esté tranquilita todo el tiempo en el cine, durante la función, para a la salida decirte que dogville (2003), para mí una obra maestra de las mejores que he visto en los últimos años, le pareció aburrida y, en una palabra, una porquería.

o aguantar que con quienes estás viendo before sunset (2004) en la tele digital, o sea sin propagandas y sin posibilidad de rebobinar o algo, se vayan todo el tiempo al baño, o a fumar a la cocina, o que empiecen a mencionar las compras que tienen que hacer al día siguiente, o te empiecen a preguntar cojudeces sobre tu vida personal o sobre tus proyectos cercanos, para cagarte los diálogos en los que esta película se basa tan claramente que si te pierdes dos minutos de ellos te perdiste de todo.

o ver delicatessen (1991), de jeunet, recién llegado a alemania y en alemán, o sea sin entender un carajo, y encima en compañía de la pelada que a uno le gustaba en esa época, y que de puro buen dato le intentaba explicar a uno lo que estaba pasando en la pantalla, y con uno que sólo tenía ojos para la man...

no, mejor es ver películas solo. i’m a rock, i’m an island...

chaos (and that’s an order).

pd: anécdota que se me ocurre, hablando de las vanguardias. ya graduado del colegio alemán, pero recientemente, ir en grupo a una fiesta de dicho colegio guayaquileño. resulta que en el grupo en el que uno va hay una pelada, una pana, que decide ir en piyama. uno que por más mamarracho que sea (era 1994) lo encuentra extraño y lo verbaliza. y uno de los mejores amigos de uno, hermano de la rayada en piyama para más inri, que le dice a uno: “brother, si tú crees realmente que eso de buñuel y las vacas sobre el piano es vanguardia, pues nada, actualízate”.

pd 2: tercera tesis sobre soda: “signos” es una canción post-estructuralista, o al menos lacaniana. como siempre le ofrezco una explicación babosa a quien una “explicación” tal le interese.

pd 3: el título de este post es el de un álbum de oasis, esa banda difícil porque por un lado es tan buena y por otro fue elevada, en sus tiempos, a un estatus que no le corresponde ni le correspondió nunca, en plan al supuestamente mejor grupo del mundo sin ser más que un grupo bueno más. un poco como u2, otra de esas bandas absurdamente sobreestimadas, que si no tuvieran fans que dicen que son lo mejor de lo mejor, y que si no se creyeran la mejor de las bandas de la historia, a lo mejor hasta dejarían de ser tan antipáticas. coldplay es posiblemente otro caso, aunque esos sí que en menos de tres discos pasaron de ser prometedores a casi que los siguientes bon jovi. pero en todo caso, standing on the shoulders of giants (2000)... como leí alguna vez, oasis no está realmente encima de los hombros de gigantes, sino que más bien, también por lo absurdamente pretenciosos que son, se asemejan a las manchas de sudor de las axilas de las camisas de los gigantes...

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