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27 de agosto de 2005

crítica bomba a paso de tortuga

hace un par de días pasaron en el quizás absurdamente llamado "fantasy filmfest" de hamburgo (festival especializado en thrillers y pelis de ciencia ficción, pero sobre todo en el género de terror) nada más y nada menos que la gran crónicas, película ecuatoriano-mexicana en cuya realización trabajó más de un amigo mío y que yo, ya tanto tiempo alejado de nuestras tierras, así como migrante turro que no se preocupa por adquirir ciertas cuestiones autóctonas o algo en internet, no había visto todavía. de manera que, en compañía de mascha, quien es algo así como mi mejor amiga, así como del ya mencionado pascal y del por algunos de ustedes conocido troyen, me fui al cine a ver qué tal el producto al menos parcialmente nacional, y, en mi caso al menos, a rendirle mi tributo a mis panas que se deben haber sacado la madre para que esta película exista.

y quedé agradablemente sorprendido, del todo. me gustó el tono general de crónicas, empezando, claro, por esos casi insoportables primeros veinte minutos en los que estamos a punto de ver un snuff, pero también todo lo siguiente que consiste, básicamente, en diálogos más o menos bien logrados, que consiguen crear una idea de la monstruosidad de los crímenes de los que se está hablando sin nunca describirlos con detalles ni caer en flashbacks estúpidos con tomas de acciones violentas o idioteces similares. a decir verdad, tengo que decir que hasta me sorprendió que sebastián cordero, el director, se haya aguantado las ganas –que probablemente nunca tuvo, pero que cualquiera podría tener– de filmar al menos un par de escenas sensacionalistas, o de poner un par de efectos no especiales sino dramáticos fáciles para conmover, o chocar, más guturalmente al espectador. yo, eterno fanático de las más brutales slasher-movies que hay, tengo que decir que me parece que la decisión de que en esta película, fuera de esos magistrales minutos iniciales, no se vea casi nada de violencia, fue una muy sabia.

eso sí, y quizás precisamente por eso de ser un enfermo de las pelis de terror, me pareció que al final se desaprovecha un poco el suspenso potencial del escape de vinicio con su hijastro robert. en la última escena en la que se los ve a los dos, y en la que queda medio claro que este señor va a matar al niño, se pudo haber alargado más la cosa, en mi opinión, se pudo haber hecho todavía más siniestro todo el ambiente de la “despedida”, precisamente para que el último plano, el de la casa esa demolida (para mí tan reminiscente de the blair witch project, aunque esta referencia creo que me la estoy inventando yo de la nada), que está subrayado por una banda sonora que yo, al menos, no logré descifrar como ningún sonido perteneciente a la naturaleza, y que por lo tanto es especialmente aterradora... decía, se pudo haber enfatizado más el suspenso para que ese plano sea todavía más estremecedor.

ahora bien, el troyen ya había visto crónicas, y me había advertido que invitarla a mascha era un poco arriesgado, dado que la película era muy “fuerte” y que el final era tan terrible. y, en efecto, tanto mascha como pascal acabaron parcialmente traumatizados por la experiencia de haber asistido con nosotros al cine para ver esta patada al huevo del espectador incauto, que quiere ver una película “étnica”.

más allá de la dureza-sutileza con la que, a mi parecer, es llevada (y bien llevada) la historia durante la hora y media del filme, me gustaron muy especialmente las actuaciones, con lo que no me refiero sólo a las de los predeciblemente buenos intérpretes extranjeros sino, sobre todo, a las de los ecuatorianos: camilo luzuriaga no le pide nada al policía siniestro gringo del thriller de turno, y hugo idrovo en mi opinión se pasa cual licenciado semi-poderoso en una cárcel putrefacta del litoral. incluso personas que tienen papeles menores, como el travesti guayaquileno, como el mismo robert o como... ya no me acuerdo del nombre, la esposa de vinicio, están totalmente a la altura de las circunstancias.

en general me pareció una película que, sin ser ninguna obra maestra, es una que no sólo se deja ver sino que merece ser calificada de muy buena. y por cierto que los imparciales extranjeros que la presenciaron conmigo dijeron lo mismo o, para ser más honestos, fueron todavía menos críticos que yo.

porque, efectivamente, un par de detallitos me molestaron, sin, sin embargo, haber sido capaces de dañarme la experiencia estética general al ver estas tan esperadas crónicas. por ejemplo, me molestaron tres –creo que fueron nada más tres– pinceladas costumbristas que, para mí, no tenían razón de ser, sino que sólo estaban allí para presentar un poco más explícitamente ciertos aspectos de eso que es la “realidad” ecuatoriana. el uno es el momento en el que, en la cárcel, un pelado se le acerca al camarógrafo y, sin que venga a cuento (y sin que el tema sea realmente retomado después), le empieza a contar que lleva un año en la cárcel, sin sentencia, por haber sido encontrado con un chafo, unito nada más. ok. todo quien haya vivido en el ecuador sabe lo injusto de la legislación anti-drogas local, así como lo arbitrario del trato a las personas que son encontradas con drogas y que son tratadas como criminales terminales sin ni siquiera recurso a dicha de por sí inhumana legislación, pero simplemente no veo qué tenía que buscar esa pequeña “protesta” en una película que trata de otro tema.

el otro detalle costumbrista para mí innecesario fue el de presentar al ya mencionado camarógrafo mexicano fotografiando a pajarracos para mí, que sólo he pasado mil veces por babahoyo, pero nunca me he quedado ahí, desconocidos (¿o son murciélagos?), parándose en los cables de la calle y haciendo un escándalo típicamente latinoamericano a la hora del crepúsculo. o sea, bacán, a lo mejor eso pasa por allá en el trópico. ¿de qué sirve mostrarlo tan incisivamente en el contexto de crónicas?

por último, el hecho de que (¡de nuevo!) el camarógrafo mexicano sufra de vértigo en los “puentes” miserables que conducen a tantas moradas de la costa ecuatoriana es como un querer meter demasiado abiertamente el dedo en la llaga de que, efectivamente, muchísima gente vive así, en casas de caña a las que sólo se puede acceder por medio de construcciones precarias que parecen puentes, y de que eso es “anormal” (lo pongo entre comillas porque, bien pensado, no es para nada anormal, no sólo por la cantidad de personas que viven en este tipo de viviendas sino porque por qué habría de ser más “normal” ir al apartamento de uno en ascensor). este por mí así llamado “defecto” costumbrista de la película es presentado, por otro lado, al menos de una manera un poco graciosa (el mexicano queda mal), de modo que no me molesta tanto, o no me parece tan claramente semi-mesiánico, como los otros dos (y sobre todo el primero) mencionados.

pero lo que más me molestó de la película (que, insisto, por otro lado me pareció muy buena, o sea no sólo sin duda la mejor que he visto del ecuador sino una que tiene mucho peso más allá de consideraciones puramente nacionales) fue la algo absurda, y en mi opinión totalmente gratuita, historia erótica-romántica entre manolo (john leguizamo, quien creo que en la peli se llama así) y su productora. no le vi ni pies ni cabeza, pese a que siempre está bien ver una escena de sexo, por más velado que sea, y por más que después lleve a esa supuestamente chistosa conversación entre el ya por cuarta vez mencionado camarógrafo y manolo, en la que el primero le dice que se nota, por lo cabreada que ella está, que él se la tiró...

el soundtrack es el mano a mano de aute y silvio, que está en mi compu, cortesía, como todo lo de la compu, de mi hermano. buenísimo. no realmente mi dato pero buenísmo.

mi cd-player ya dijo que ya. rip. todavía no me he comprado uno nuevo, pero tengo que hacerlo entre otras cosas para escuchar a fondo el nuevo de los gorillaz, que me regalaron hace poco y que ayer puse en el dvd-player de mi compañero de piso, para regocijo general, y que está excelente. como no podía ser de otra manera, la verdad...

¿por qué se me sigue poniendo la carne de gallina (¿o era “la piel de gallina”?) cuándo escucho la versión de “ojalá” de este disco? el himno latinoamericano, me temo, pero es que a veces uno se quiere liberar de los "himnos".

en fin, que fue una experiencia muy interesante ver los puentes destruidos de babahoyo en el cine. la gente de nueva york estará más que acostumbrada a ver los lugares por los que diariamente transita en películas, pero los ecuatorianos no (aunque no es que yo transite, ni nunca haya transitado, diariamente por esos apocalípticos puentes).

por otro lado, me encantó por fin darme cuenta, por mi propia cuenta, de que esta obra de la que he escuchado tanto merece realmente la pena, y de que –con defectos y todo, como todo– está en capacidad de gustar no sólo por nostalgia inmigrante barata sino por puro valor artístico propio. como digo, tanto pascal como mascha quedaron fascinados. ambos fueron, también, quienes más problemas tuvieron, en el sentido más físico o fisiológico, para soportar la secuencia del linchamiento. la cual, enfatizo, para que mis panas que trabajaron en esto no crean que critico como un hijo de puta, así nada más por criticar, encontré buenísima, pese a lo cual no pienso –como por lo visto pensaron algunos críticos de la yoni, y no sólo de la yoni, según me enteré en el blog de uno de los involucrados en crónicas– que el resto sea un anti-clímax... al contrario, me pareció un gran acierto narrativo, y uno que requería valentía: que al principio te den un batazo en la cabeza y después te pongan en plan suspenso psicológico. es (casi) mucho esperar del espectador, o demasiado respetarlo. o respetarlo bien.

tanto pascal como mascha insisten en que va a pasar una semana antes de que dejen de soñar con todo eso del señor al que lo queman... y con la muerte del chiquillo este robert, quien, por más vivito y coleando que está hasta el final, tiene sus segundos contados en el marco de la peli...

lo más interesante, por otro lado, fue que pascal, al estar tomando algo con mascha y el troyen y conmigo después de la peli, nos mencionó que una de las cosas que más lo habían sorprendido es que las calles en el ecuador, por lo visto, no están todas asfaltadas... el man es de procedencia surinamesa, pero jamás ha estado en el tercer mundo, así que creía, poniéndose la mano en el corazón (y nótese que se trata de una persona no sólo inteligente sino también políticamente consciente), que en todo el mundo las calles eran un poco como las de europa...

chaos (and that’s an order).

pd: ya le dije a pascal que tenemos que irnos de viaje al ecuador. no puede ser que uno crea que, de verdad, en todos lados hay autopistas de tantos carriles...

pd 2: en defensa de pascal, y es que le acabo de contar lo que escribí antes de postearlo, el troyen nos contó que su hermano, juan josé, tuvo que durante tres días trasladar lodo al lugar donde se filmaría dicha secuencia inicial de crónicas, para que sea más “realista”... pascal dice que lo engañó, una vez más, el set... maldito “hollywood”...

pd 3: antes de que alguien me lo eche en cara, el título de este post es, si no me equivoco, una paráfrasis de un titular ya olvidado de la también desgraciadamente -e injustamente- olvidada revista guayaquileña "tiempo libre", que a tantos de nosotros nos inspiró y formó en esos años, los que iban de la mitad al final de los ochentas...

18 de agosto de 2005

for your eyes only

en alemán se le llama “sommerloch” (“agujero del verano”) al cada año fácilmente constatable fenómeno de que, al menos en europa, durante los meses de julio y agosto, pero sobre todo en agosto, las noticias dejan de ser interesantes y hay que convertir diversas banalidades en “noticias”. aviones que se caen, o el encuentro mundial de los jóvenes católicos en colonia, por ejemplo, con la participación del tan incomprensiblemente idolatrado otrora inquisidor y ahora papa ratzinger. pero es que es un poco lógico: los políticos están de vacaciones, y es sabido que las revoluciones o revueltas suelen tener lugar, por alguna razón desconocida por mí, una persona que se niega a creer que el clima afecte tanto a la gente, durante las otras estaciones del año, pero no en verano.

dado que es verano por acá, pues, aunque no parezca verano (llueve todo el tiempo, esto es un otoño adelantado), tenemos el problema de que nos encontramos ante un agujero. y la pregunta que me hago es, claro, cómo llenar mi agujero personal, en otras palabras esta existencia mía o, para ponernos menos trágicos, este descuidado blog.

y como no se me ocurre nada inteligente o inmodesto que contar, les voy a describir un poco cómo se ve la pared que tengo, en este momento, enfrente de mí. pared blanca. las paredes blancas yo suelo relacionarlas con viviendas temporales, que no son realmente el lugar en el que uno se siente “en casa”. este tipo de viviendas me han acompañado, por esos vuelcos que da la vida, o que uno le hace dar, durante más de dos años ya, pero por alguna razón me entró hace poco el trip de que quería pegar un par de fotos de gente a la que admiro. cosa que me inspire a la hora de escribir o algo (ya dice). así que, hace poco más de una semana, estuve un par de horas dedicado a crear una especie de panteón visual para ingresar al cual hacen falta sólo dos requisitos: 1) tener algo que ver con el mundo de la música, y 2) ser de sexo femenino.

para comenzar, pegué una foto de la en mi opinión, pero a decir verdad indiscutiblemente, mejor vj de alemania, la pese a su juventud ya legendaria sarah kuttner (aquí en compañía de gwen stefani, quien después de haber sido ni fu ni fa con su grupo no doubt se ha convertido en una cantante en solitario que me parece genial, candidata a estar en mi pared), quien no sólo que es un cague de risa y tiene un carisma excepcional sino que encima escucha muy buena música (se nota en las selecciones que hace en su show, o yo al menos me creo que esa es la música que ella, personalmente, escucha) y además es tan fresca que, durante las entrevistas, critica a sus artistas invitados de una manera que es, para la televisión, bastante brutal.

luego tenemos una foto chiquita de the donnas, banda femenina norteamericana de plan punkero en el sentido del punk de los ramones, y a la que vi en vivo en marzo del 2003. muy clásicas estas niñas, muy repetidoras de una fórmula, pero según yo no por no dar para más sino porque para eso están, para mantener la fórmula del punk neoyorquino setentero (aunque no sé si ellas sean de ny) y pasársela a las generaciones que han de venir (qué apocalíptico que me he puesto). no se trata de uno de mis grupos favoritos, pero no sólo que estas cuatro chicas cumplen con los dos requisitos para estar en el panteón de mi pared de otra manera tan blanca, sino que además tenía la foto a la mano. y que están, de todos modos, muy bien.

después tenemos a juliette lewis, a quien supongo que no hay que presentar mayormente, siendo ella como es una de las actrices más cult para la gente de mi generación (y de mi onda, también, a lo mejor), pero quien ahora, con su banda the licks, ha sacado un disco que escuché el otro día entero en una tienda y que me pareció buenísimo. también en plan punkero, pero más tiro grunge que las donnas, menos tradicional, aunque el grunge es lo más tradicional que hay. quién hubiera dicho, en todo caso, que pese a sus cantos en natural born killers o, más impresionantemente, en strange days, esta mujer realmente tenía talento para la música.


sigamos con la alguna vez ya mencionada guitarrista de ash, charlotte hatherley, a quien puse en mi pared más que nada para tirarme a cool (como si alguien viera mi pared, aparte de mis compañeros de piso), porque, como ya alguna vez conté, ash no es santo de mi devoción, y la verdad es que su disco en solitario lo he escuchado una sola vez entero (aunque el primer single lo tengo, cortesía de spex, mi revista favorita de alemania y a decir verdad del mundo, entre las que conozco, que no son muchas). siempre queda bien tener a una británica, no sé, si uno se quiere tirar a bacán en esto de la música.

porque pese a que su colega hotel (conocido también como jamie hince) es británico, vv (aka alison mossheart), la mejor mitad de the kills, es gringa, y como the kills es una de mis bandas favoritas del momento (no tengo ninguno de los dos discos de ellos, pero cada que estoy donde alguien que los tenga los escucho, o también en las tiendas... como ven, pierdo bastante tiempo en las tiendas, imaginando tener dinero para comprar lo que me gusta) esta mujer no podía más que estar representada con una foto que es igual de grande que las de sarah kuttner y juliette lewis.



y no es porque me guste menos, sino porque no tenía una foto más grande, que mi ídolo emiliana torrini (esa islandesa-italiana cuyos dos discos son en mi caso dos de las mayores razones “para no cortarse de un tajo las venas”, como diría joaquín sabina) está presente en mi panteón fotográfico de la pared blanca con una foto relativamente pequeña. esta mujer tiene una voz angelical. yo la vi en vivo este año, y ella estaba enferma –por eso, por ejemplo, estaba prohibido fumar en la sala en la que el concierto tuvo lugar–, y la última canción tuvo que cortarla por un “ataque de tos” (otra vez sabina), sólo para después de ofrecer sus disculpas al respetable cantarla desde el principio otra vez, esforzándose hasta lo inhumano, por lo que recibió, claro, ovaciones espectaculares, y es que era evidente que no estaba actuando. por cierto que yo, al igual que ella misma, estoy harto de que la comparen con björk nada más por el hecho de la procedencia. todos mis respetos a björk, quien, si dejara de ser tan “etérea” como se ha puesto desde hace un par de discos, estaría en mi panteón también, pero emiliana es una grande que no necesita una gran hermana.

el soundtrack es la banda sonora original de una de mis películas favoritas, punch-drunk love (qué postmoderno que soy, yo, poniendo de soundtrack nada menos que un... soundtrack. the copy of a copy of a copy), que me regalaron hace un par de días y que, a pesar de lo rayado que es, o precisamente por eso, me encanta.

la gran ausente en mi panteón es la mayor divinidad que existe en el universo musical hasta el momento, y no me refiero a courtney love o kim gordon o meg white (quienes también me fascinan, y serán incluidas en cuanto consiga buenas fotos de ellas) sino a la mejor de todas las personas que hacen música en la actualidad, en mi opinión, o sea a kim deal. pero a ella la tengo en mi desktop en plan la foto que me da los buenos días cuando prendo mi computadora, o sea ésta que ven aquí, así que sería un poco redundante tenerla también en la pared.

como ven, he intentado con toda la honestidad y con toda la intrascendencia del mundo llenar el famoso agujero. como se darán cuenta, también, porque así de transparente soy, no ha sido sólo para que ustedes puedan deleitarse con mis profundos pensamientos, sino también para intentar aprender a poner fotos en el blog. vamos a ver si resultó.

chaos (and that’s an order).

pd: dado que carezco de ese aparato fabuloso llamado scanner, las fotos que he puesto en este post, exceptuando la de kim deal, son todas diferentes a las que tengo en mi pared blanca. espero que esta deficiencia me sea perdonada, sobre todo considerando que soy, como ya dije, una no-entidad para esto de la tecnología. digamos que esto ha sido un pequeño paso para un hombre, pero uno gigantesco para... ¿la humanidad?

pd 2: a ver si no se quedan culo con ese pedazo de diseño gráfico. fotos en zigzag... un diseño gráfico muy... gráfico. dos años de haber trabajado en editorial luz a lo mejor no pasan en vano. ja.

pd 3: por cierto que eso del agujero del verano, en sentido político, no se aplica a alemania este año, en vista de que estamos en plena campaña electoral, la cual, sin ser tan, digamos, idiosincrática como las campañas en ecuador, es muy interesante y polémica...

8 de agosto de 2005

rage against the machine

no me pregunten por qué, dado que para esto de la informática yo soy poco más que un cero a la izquierda (a lo más, dos ceros a la izquierda, que matemáticamente igual es lo mismo que un cero a la izquierda), y dado que mi conexión al internet es rápida y buena, pero por alguna razón mi messenger no quiere funcionar del todo bien. o sea, cuando funciona, funciona, pero siempre tengo serias dificultades para abrirlo: hago click en el botón que me dice “anmelden” (¿“inscríbase”? ¿o qué dice dicho botón en castellano?) y los dos muñequitos esos verdes empiezan a dar vueltas como quien baila vals, pero sólo por unos segundos, para después detenerse y dejarme frente al botón inicial. de modo que me toca volver a cliquear, para que pase lo mismo, y luego volver a cliquear para que pase ídem.

la tecnología confabulada, una vez más, contra un pobre ecuatoriano promedio en el exterior...

a veces me desespero y desisto después de repetir el proceso unas veinte veces. la mayor parte de las ocasiones en las que trato de meterme al messenger, sin embargo, lo consigo a punta de una perseverancia que me gustaría tener para cosas algo más importantes, en plan de que me pongo a jugar ping-pong con el maldito botón e intentar reaccionar sin dejar que pase ni una décima de segundo entre el momento en el que los muñecos ladillas y aguafiestas dejan de bailar hasta que yo he vuelto a hacer el click correspondiente. esto suele funcionar, para mi sorpresa, casi siempre cuando ya me he dicho “ok, lo intento cinco veces más”, y antes de que se venza el plazo, o a lo más unos pocos clicks después, pero no muchos. en efecto, a veces hago trampa, pero nada más un poquito...

otras veces me pongo místico y me siento todo un luke skywalker intentando no pensar sino sentir, intentando ganarle al desgraciado botón por medio de la “fuerza”, de cerrar los ojos y cliquear al azar o, en su defecto, de clavar los ojos en la ventana de marras, sin parpadear, para vencer la resistencia de los muñecos cortanotas con lo siniestro de mi mirada.

una vez más para mi sorpresa, estos métodos heterodoxos me dan resultado bastante a menudo. pero, joder, ¡no siempre!

lo bueno es que, por lo menos, cuando ya estoy dentro estoy dentro, no es que el man me bota de puro cabreado... algo es algo.

no sé... insondables son los designios de bill gates, supongo.

el soundtrack es una mutilación insoportable de the gilded palace of sin de the flying burrito brothers, ese grupo legendario que fusionó en este su primer álbum, a finales de los sesenta (1968), el country con el pop-rock de una manera tan aparentemente natural, tan como sin tener que esforzarse para hacerlo, y a un nivel de calidad tan elevado, que es mencionado no pocas veces como una de las bandas más influyentes de la música norteamericana de los últimos cincuenta años (junto con the velvet underground, por ejemplo). y digo una mutilación insoportable porque mi lucha contra la tecnología no se reduce a mis problemas con el messenger, sino también a mi relación de amor/odio con mi cd-player, que yo creo que ya se decidió nada más a odiarme y a negarse a tocar un cd entero sin que las canciones salten en los momentos más imprevistos y, claro, en los momentos más inoportunos (todo momento es al mismo tiempo imprevisto e inoportuno cuando el cd-player te caga la música con saltos y pausas y loops involuntarios)...

ya saqué el disco del interior del traidor ese marca kenwood, que antes era mi amigo, y me resigné a escuchar la puta construcción que tengo frente a mi ventana y que alguna vez mencioné. me tocará autoregalarme un equipo de sonido para mi cumpleaños, y prescindir de la nueva novela de bret easton ellis, lunar park, que aparece el 16 de agosto... así es: después de siete años de ardiente espera, por fin mi escritor favorito (junto con don delillo) se digna a intentar superar ese en mi como de costumbre modesta –¿u obtusa?– opinión brillante tour de force, esa verdadera obra maestra, que es glamorama (1998), novela que, sin embargo, es considerada por muchos la peor del man, o así al menos he leído en foros en la red...

la diferencia entre la opinión de quienes dicen que bret easton ellis va de bajada desde su primer libro (less than zero [1985, aunque algunas fuentes dicen 1986, y no tengo el libro conmigo para comprobar la fecha – pero creo que es 1985 anyway]) y mi opinión, según la cual en cada una de sus novelas se ha superado a sí mismo, tanto en ambición como en envergadura como en virtuosismo estilístico como en capacidad de estructuración, por no mencionar en eso que podríamos llamar “encontrar su propia voz”... la diferencia, decía, es que yo tengo razón y esos otros no...

y es que no soy ni de lejos el único pedante que prefiere la complicadísima glamorama a la buenísima pero algo demasiado ochentera, algo demasiado impresionista y –como diría victor ward, el personaje principal de glamorama– realmente muy poco “bret easton ellis-ish” less than zero. así que tampoco estoy solo en esto...

la cosa es que estoy muy emocionado por dentro de poco poder leer algo nuevo del man, a menos que el maldito cd-player, la máquina, me lo impida al obligarme a hacer otros gastos...

chaos (and that’s an order).

pd: por lo visto lo recluté a pascal al mundo de los blogs. el man no sabía de la existencia de este medio, lo que me pareció extraño, pero ahora que se enteró está decidido a empezar. eso sí, por razones difíciles de explicar en pocas líneas (y que igual le tocará a él explicar en su propio blog [que estará escrito, por desgracia para el público hispanoparlante, en alemán, claro]), pero que tienen que ver con la política local de hamburgo, el man debuta, según él, recién el 23 de septiembre.

2 de agosto de 2005

death to modestia aparte!

en efecto, estuve hasta considerando dejar de escribir en este espacio, que es el único realmente público para el que escribo, más que nada por la más convencional desidia, pero también un poco por una sorprendente falta de temas sobre los que escribir que es, al mismo tiempo, y paradójicamente, tanto causa como efecto de tener tantos temas sobre los que escribir. después de todo, nada más fácil que ver una película medianamente buena (o, mejor, una pésima) y comentarla, o hacer lo mismo con algún libro, o contar alguna banalidad de esto que es mi existencia por acá, o contar las últimas aventuras de pascal, mi pana a quien mencioné hace años, y quien ya no emigra al extranjero sino nada más a berlín, dentro de un par de meses.

recontradictorio, el man, claro: viviendo en berlín le toca estar todavía más cerca del cotidiano circo político alemán que viviendo en hamburgo.

o podría haberme dedicado a, con algo más de esfuerzo, intentar sintetizar lo que pienso sobre, no sé, la crisis de la comunidad europea, el mito (en el sentido barthesiano) del tour de france, las elecciones adelantadas en alemania, la tragedia medial que se nos avecina por esto de los astronautas condenados a permanecer en el espacio exterior. o sobre lo de hiroshima. acabo de ver un documental al respecto...

o películas de woody allen, por ejemplo. mi favorita siempre había sido hanna and her sisters, pero hace poco vi interiors por primera vez y me quedé literalmente sin palabras. es, con distancia, la más seria y pesimista de todas sus obras (incluso más que another woman o que husbands and wives), hasta el punto de que uno acaba decepcionado de la raza humana después de haber visto el espectáculo de lo disfuncional de una familia de intelectuales de la costa este gringa durante hora y media. pero uno acaba esperanzado, también, porque por más psicóticas que sean todas las familias (para parafrasear a douglas coupland) siempre hay tipos como woody allen para conmover hasta la médula al más fogueado de los espectadores.

con esto último no quise decir que yo sea el más fogueado de los espectadores. sólo quería usar un lugar común bastante... común.

pero eso de intentar determinar “mi favorita de woody allen” es igual de absurdo e inmaduro que determinar “mi álbum favorito de los beatles”, “mi actor favorito”, “mi novela favorita”, “mi mejor amigo” o “la mujer de mi vida”. me parece que con la edad uno se da cuenta de que no se puede reducir todo lo que el mundo puede ofrecerle a uno en el plano de los estímulos a un único artefacto cultural favorito, o a una sola persona que ocupe el puesto del “mejor amigo”, o a una sola persona de quien uno pueda saber, antes de haber llegado al último de sus días, o de gozar al menos de distancia histórica, que es la pareja ideal para toda la vida.

los discos de los beatles son todos tan buenos que uno puede, en mi opinión, tener favoritos sólo por fases, dependiendo de lo que le esté pasando a uno en otros contextos culturales en momentos determinados. si se tiene la suerte de tener no muchos, pero sí al menos varios, muy buenos amigos, no hay cómo no darse cuenta de que, viéndolo bien, siempre hay diferentes “mejores amigos” de acuerdo con lo que uno hace con ellos. está el “mejor amigo” para chupar, el otro que es “mejor” para conversar de amores, el otro que es “mejor” para hablar de política, el otro que es “mejor” para cuestiones tan poco trascendentales como el cine, la música, la literatura... está la “mejor amiga”, que por razones relacionadas con la hetero-monógamo-normatividad de nuestra sociedad siempre tiene un estatus al menos ligeramente diferente...

está uno de los “mejores amigos” de antes, con quien uno no ha hablado en años, un poco por distancia física y otro por resentimientos mutuos, pero quien también siempre estará entre los “mejores amigos” porque eso de la fidelidad es un ideal que uno persigue, pese a estar uno consciente de que, como todo ideal, es simplemente inalcanzable, y porque ya pues, hay cosas más fuertes que uno, creo, quizás como la amistad.

y en cuanto a la mujer de mi vida, yo creo que sé cuál es, en mi caso. claro que sólo de mi vida hasta este momento, y como por lo visto tan viejo tampoco estoy...

el soundtrack es el amor amarillo de cerati, que escucho de cuando en cuando no sólo por nostalgia sino porque me encanta (sigue estando entre mis diez discos para una isla desierta – aunque eso de hacer listas de los discos que uno se lleva a una isla desierta es por lo menos igual de inmaduro que intentar determinar cuál es la mejor de woody allen, sumado a que para qué mierda quiero discos en una isla desierta si el agua y la sal me dañan el cd-player). también lo escucho muy seguido porque mi cd-player, aun sin haber tenido que soportar un naufragio todavía (sólo uno o dos naufragios en sentido figurado. luca a quien me entienda), se niega a tocar un montón de mis discos, sean estos piratas o no. y el amor amarillo le va de maravilla, por alguna desconocida razón (¿porque “amarillo” y “maravilla” casi riman, tal vez?).

yo casi sólo tengo discos originales (no shit). no me gustan los discos quemados a la rápida y sin los nombres de las canciones, los datos de la banda, las fotos o los dibujos del folleto del interior, la portada, etc. en eso sí soy bien tradicionalista (y estúpido, porque no tengo suficiente plata para comprarme discos on a regular basis).

¿mi canción favorita del amor amarillo? ja... la verdad es que si tuviera que elegir sería probablemente “rombos”, pero “bajan”, “a merced” y “te llevo para que me lleves” no se quedan atrás...

¿la última aventura de pascal? por esas cosas de la vida, dicho señor vive ahora en mi casa, porque es amigo tanto de mi compañero de piso como mío, porque tenemos un cuartito que igual no usamos para nada, y porque el man necesitaba un lugar donde quedarse antes de irse a berlín. si sigo valiendo en esto de la constancia, le podemos echar la culpa a él, ya que su extrovertida y alegre presencia en un apartamento tan chiquito como que me desconcentra...

that’s all folks.

chaos (and that’s an order).

pd: esta estructura que me he ido armando (lo de tener por lo menos dos temas, lo del soundtrack, lo del chaos, lo de no contar cosas personales pero tampoco escribir aburridos “artículos”) ya se me está empezando a convertir en un corsé...

pd 2: pero tranquilos que a este blog le queda cuerda para rato... así sea como living dead.

pd 3: ¿qué habrá sido eso que escribí arriba de que “mi favorita [de woody allen] siempre había sido hannah and her sisters”? ¿dónde quedan manhattan y zelig, por ejemplo?

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