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9 de diciembre de 2005

standing on the shoulders of giants

y es que es lo de siempre: después de toda una vida de, romántica o acrítica o ignorantemente, admirar a los protagonistas de las vanguardias europeas de principios del siglo veinte y de la entreguerra por su radicalidad y/o genialidad, uno se viene a enterar de cosas como las siguientes: de que man ray acostumbraba ir al cine para ver la película de turno con la mano puesta encima de su propia cara, así con dedos entrecerrados, en plan pelado asustadizo ante película de drácula o ante el video de “thriller” de michael jackson (a mí me daba miedo, de pelado, ese video, pues), para aislar los elementos visuales de la pantalla y, de ese modo, no seguir a rajatabla lo que le imponía el aparato cinematográfico sino crear su propia narrativa.

o de que breton, ese gran poser sin parangón en la historia del arte occidental, solía hablar en voz de lo más alta durante las funciones de cine, para romper la ilusión de realidad que le querían vender no sólo hollywod sino también las industrias europeas. o de que el mismo breton gustaba de meterse en el cine sin enterarse ni del nombre de la película ni de la hora de inicio de la presentación, para abandonar la sala en el momento en el que empezara a entender de qué iba la cosa y dirigirse, inmediatamente, al siguiente teatro para hacer lo mismo, y así sucesivamente hasta que se le acababan los cines de nantes, en donde por lo visto vivía el man en dichos tiempos, según la historia de la que me enteré, y donde (en nantes) en los años veinte la verdad es que no debe de haber habido tampoco demasiados cines.

o, para venir más para acá, después de haber sido un creyente en la genialidad de un warhol acabar viendo algún día chelsea girls (1966) o, peor que peor, lonesome cowboys (1969), por no decir las insufribles empire (1964) o sleep (1963), que no sé por qué siguen siendo citadas en toda historia del cine de vanguardia o del cine a secas cuando son supinamente estúpidas.

es que en serio que no queda otra palabra para definirlas, creo.

o, ya para ponerse aun más iconoclasta, lo que pasa cuando se escucha a john lennon (que en paz descanse desde hace 25 años, ayer u hoy – un gran músico, sin duda, pese a que paul es mi beatle favorito. pero definitivamente ni un gran poeta ni un gran ideólogo, john [paul obviamente tampoco], más bien un cliché demasiado exagerado desde hace años ya. demasiada obligación eso de que tenga que ser el beatle preferido) y yoko ono diciéndole a una periodista que los entrevista en la famosa cama en la que hicieron su huelga contra la guerra de vietnam que el mensaje de toda su campaña anti-guerra es, realmente, y simplemente, “love”... porque si tan sólo nixon y los arquitectos de la guerra quisieran a alguien, amaran, no mandarían a matar a tanta gente... en plan (textual de yoko)‚ “if you love someone, you don’t wanna hurt anyone”. ante lo cual hasta la pobre periodista burguesa se exaspera, naturalmente, y les dice en tono ya francamente cabreado que no puede ser que de veras sean tan ingenuos como para decir las barrabasadas que están diciendo.

si yo voy al cine y alguien se me pone en plan man ray, gesticulando para diseccionar el encuadre o algo, yo me temo que lo voy a considerar un cretino. lo de breton es por un lado mala educación (eso de hablar en el cine y joder a la gente que está alrededor del man) y por otro el más vulgar zapping, o sea que el man puede haber sido un pionero o algo, zappeando cincuenta años antes del advenimiento del control remoto, pero no veo del todo lo revolucionario del gesto, y me pregunto, por otro lado, de dónde sacaba el man la plata para visitar varios cines en un mismo día, aun tomando en cuenta que la entrada en esa época no debe haber sido demasiado cara.

de warhol sin comentarios. me gustan algunas cosas del man, incluso me gustan muchas cosas del man, y me gusta o, más bien, me interesa lo que representa su existencia, en esa gran ruptura cultural que es la llegada del postmodernismo a la cultura norteamericana/occidental, pero si él fuera mi contemporáneo creo que no lo respetaría demasiado. y, precisamente, no por considerarlo demasiado provocador, sino más bien por considerarlo ligeramente imbécil.

en cuanto a john... pues bien, sí hay un par de docenas de canciones excelentes, claro. más de un par de docenas. pero leyendo lo que el man opina sobre casi todo lo que se le pueda a uno ocurrir la verdad es que no entiendo el endiosamiento. ¿zapatero a tus zapatos?

el soundtrack es el ya viejísimo beautiful freak (1996) de eels, un grupo post-grunge al que respeto sin conocer mayor cosa de lo que han hecho en los últimos años (pero sé que siguen dando guerra). una vez, hace ya casi un lustro, un periodista alemán de cuyo nombre no me acuerdo dijo que la voz de e, el cantante de esta banda, era para él lo más cercano que él tenía a una “patria”. me pareció un halago impresionante. yo creo que yo diría lo mismo de la voz de kim deal. e sería, sin duda, una “patria” o un país al que siempre me gusta volver, también...

yo en general creo que, pese a ser un tipo muy sociable (ya dice), prefiero ver películas solo, y no sólo en caleta sino incluso en el cine, desde que fui unas tres o cuatro veces solo al gran cine maya de guayaquil a ver when harry met sally... (1989) y esto pese a que tengo la suerte de tener un par de amigos y amigas, así como de familiares, con quienes ver pelis es un gusto, porque se quedan callados, como yo, durante la función, y porque después es posible conversar sobre lo que se ha visto con todo fresco en la memoria y con un cierto grado de racionalidad.

pero es que las cosas que pasan de vez en cuando son otras: que uno está viendo, digamos, der untergang (2004), la peli alemana sobre los últimos días del búnker de hitler en 1945, y la amiga que lo acompaña a uno se asusta con cada bomba y casi que se pone a llorar cuando magda goebbels mata a sus propios hijos para que no tengan que vivir en un mundo sin nacional-socialismo. digamos, justificable, pero es que, no sé, si ya vas a ver una película sobre la caída de berlín, como que está claro que va a haber bombas, ¿no? y la historia de magda goebbels y sus hijos se la sabe cualquier persona medianamente educada en este país, así que no veo el porqué de tanto emocionalismo.

o vas al cine foro de la casa de la cultura en la época del grunge para ver quién sabe qué y tu acompañante, tan grunge ella, está en zapatillas, y se le ocurre (ella es tan grunge) apoyar los pies en los respaldos de la fila de asientos anterior a uno, ante lo cual el viejo probablemente estalinista que está a dos metros de dichos pies se enfada y se levanta despotricando para irse a otro lado. maldita juventud. viejo de mierda, ok. pero por otro lado tiene razón, el viejo.

o ir de pelado a ver thelma & louise (1991) con la gente del curso de uno, cuando uno está así en segundo curso o algo, y que toda la gente se aburra con la peli, y que hagan el relajo intrascendente que hacen los pelados de segundo curso en el cine, cuando lo que uno, nerd como siempre, lo que quiere es ver la película, que resulta que le está encantando a uno pese a todas las molestias provocadas por los bobazos de los “panas”... y que después, comiendo una pizza, un amigo cuyo gusto se respeta te diga, después de no haber visto nada por haber participado en el “relajo”, que es que la peli tenía una dirección remala.

o ir a ver una peli de subiela (creo que las últimas imágenes del naufragio [1989]), ese argentino a quien tantos adoran y cuyas películas yo considero absolutamente insoportables, para que a la salida, criticándola con otro pana pensante (curiosamente, el mismo que opinaba que ridley scott había fallado con thelma & louise), una man del grupo nos pregunte que si siempre somos así, tan “analíticos” (creo que no dijo esa palabra, a decir verdad por falta de capacidad), cuando vamos al cine... que por qué no mejor nos dejamos llevar por las “emociones”, por los “sentimientos”, en lugar de diseccionar e intentar entender... y es que subiela era el director favorito de esta por cierto aspirante a cineasta de hace diez años, que quién sabe dónde estará.

o pasa que tu pelada se duerme en el cine cuando están viendo traffic (2000)... la gente que se duerme en el cine me saca de quicio. sobre todo si se trata de mi pelada (se durmió también durante stepping razor [1992], bowling for columbine [2002] y, aunque en este caso estoy de acuerdo con su “criterio”, la primera de la penosa serie de harry potter [harry potter and the sorcerer's stone, 2001]... pero tengo que reconocer que esta mujer trabajaba y trabaja como un buey, y que no era de extrañar que se duerma en el cine ya cerca de la medianoche).

o que otra pelada esté tranquilita todo el tiempo en el cine, durante la función, para a la salida decirte que dogville (2003), para mí una obra maestra de las mejores que he visto en los últimos años, le pareció aburrida y, en una palabra, una porquería.

o aguantar que con quienes estás viendo before sunset (2004) en la tele digital, o sea sin propagandas y sin posibilidad de rebobinar o algo, se vayan todo el tiempo al baño, o a fumar a la cocina, o que empiecen a mencionar las compras que tienen que hacer al día siguiente, o te empiecen a preguntar cojudeces sobre tu vida personal o sobre tus proyectos cercanos, para cagarte los diálogos en los que esta película se basa tan claramente que si te pierdes dos minutos de ellos te perdiste de todo.

o ver delicatessen (1991), de jeunet, recién llegado a alemania y en alemán, o sea sin entender un carajo, y encima en compañía de la pelada que a uno le gustaba en esa época, y que de puro buen dato le intentaba explicar a uno lo que estaba pasando en la pantalla, y con uno que sólo tenía ojos para la man...

no, mejor es ver películas solo. i’m a rock, i’m an island...

chaos (and that’s an order).

pd: anécdota que se me ocurre, hablando de las vanguardias. ya graduado del colegio alemán, pero recientemente, ir en grupo a una fiesta de dicho colegio guayaquileño. resulta que en el grupo en el que uno va hay una pelada, una pana, que decide ir en piyama. uno que por más mamarracho que sea (era 1994) lo encuentra extraño y lo verbaliza. y uno de los mejores amigos de uno, hermano de la rayada en piyama para más inri, que le dice a uno: “brother, si tú crees realmente que eso de buñuel y las vacas sobre el piano es vanguardia, pues nada, actualízate”.

pd 2: tercera tesis sobre soda: “signos” es una canción post-estructuralista, o al menos lacaniana. como siempre le ofrezco una explicación babosa a quien una “explicación” tal le interese.

pd 3: el título de este post es el de un álbum de oasis, esa banda difícil porque por un lado es tan buena y por otro fue elevada, en sus tiempos, a un estatus que no le corresponde ni le correspondió nunca, en plan al supuestamente mejor grupo del mundo sin ser más que un grupo bueno más. un poco como u2, otra de esas bandas absurdamente sobreestimadas, que si no tuvieran fans que dicen que son lo mejor de lo mejor, y que si no se creyeran la mejor de las bandas de la historia, a lo mejor hasta dejarían de ser tan antipáticas. coldplay es posiblemente otro caso, aunque esos sí que en menos de tres discos pasaron de ser prometedores a casi que los siguientes bon jovi. pero en todo caso, standing on the shoulders of giants (2000)... como leí alguna vez, oasis no está realmente encima de los hombros de gigantes, sino que más bien, también por lo absurdamente pretenciosos que son, se asemejan a las manchas de sudor de las axilas de las camisas de los gigantes...

21 de noviembre de 2005

is this it

esto de las preferencias musicales es una cosa muy rara. en mi caso, por ejemplo, después de un par de años de confusión provocados por la muerte del grunge, movimiento al que yo le había entregado todo mi favoritismo de manera casi insensata a principios de los noventa, decidí que yo era un indie, equidistante del indie pop y del indie rock. indie es indie. pero no puedo negar que no sólo me gusta todavía vilma palma e vampiros, sino que además me gustaban en los tiempos en los que yo era un nirvanito más. peor aún, no puedo negar que soy la única persona que conozco, aparte de un amigo cuyo nombre, por pura piedad, no voy a revelar, que asistió no a uno sino a dos recitales de esta penosa pero todavía maravillosa banda argentina. díganme inconsecuente, o romántico.

ahora bien, siendo indie como soy, evidentemente considero que violent femmes es sin duda (y ese “sin duda” no puede ser suficientemente enfatizado) uno de los mejores grupos de todos los tiempos, con un puesto ya para la eternidad en el top 20, lo menos. yo tuve la suerte de verlos en vivo hace ya casi tres años, en un concierto realmente espectacular, y creo que, aparte de the breeders o quizás también de la inefable cactus de stereo total, no he visto nunca a músicos tan a la vez geniales y, no sé... simpáticos.

lo que pasa es que las preferencias son raras, y que mis canciones favoritas de su disco 3 (1988) cambian con el tiempo, como todo. como todas las canciones favoritas y eso también. pero en el caso de los temas de este disco me sorprende en retrospectiva el causalismo casi que evidente de mis decisiones, o sea lo mucho que los períodos, hm, digamos emocionales o vitales o qué sé yo por los que estoy pasando influencian tan cristalinamente mis decisiones estéticas.

así, durante mucho me encantó más allá de toda medida razonable la gran “dating days”, cuyo texto voy a incluir más que nada para hacer bulto, pero también para seguir el sabio consejo que me dio en la cajita de comentarios del anterior post un bloggero en efecto mucho menos vago que yo:

"three women in thirty days
tell me seriously
our dating days
are over and done
are dead and gone
it seems that no matter how much i drink
i still seem to stay sober
it seems that no matter how young i am
i seem to still feel older
three men are going to hell
thirty women are going to jail
jonah swore he swallowed the whale
thirty thirsty women
three hundred women in three hours
told me boy forget the flowers
christ told a man called legion
come into the fold and start preachin'
your devil days are over and gone
your weary days are dead and done
your happiness has begun
did you hear me clearly?"

todo esto en un tiempo en el que estaba en una relación estable y en el que, sin pararle bola a la letra, el frenesí de esta canción, tan típico de los femmes, me parecía simplemente irresistible.

después, digamos que durante una relación nada estable pero no carente de sus grandes y felices momentos e inclusive, en esos tiempos, de perspectivas, como que me enamoré de ese himno cortavenas que es “nothing worth living for”. como si el título de la canción no dijera ya un montón, le hago un copy paste al texto de puro aburrido.

"there's nothing worth living for tonight
tell me that there's something worth living for tonight
don't let me down
don't let me drown
the pain is somewhere very close to me"

así de conciso. y, como era la muletilla de un ex-profesor mío, a decir verdad más bien un ex-amigo, “así de grave y terrible”. canción lenta, sin batería, con una coincidencia casi que demasiado cargada entre el tono del texto y el de la música.

y ahora llevo meses ya prefiriendo la canción más claramente bailable del disco, “mother of a girl”, a cuyo texto nunca le había parado bola y que yo creía que sería un poco más alegre, un poco menos depre, que el anterior transcrito. y se me ocurrió escuchar, hace poco, más fijamente. como para saber qué mismo decía esta gente en esta canción. al ver que la cosa iba por otro lado, o sea al darme cuenta de que el hecho de que la cosa sea bailable no significaba que el texto fuera menos ponzoñoso, se me ocurrió buscar en el internet para confirmar mis temores. he aquí lo que encontré:

"you look like you could be the mother of a girl
i hated more than any other girl in the world
the way i let her treat me was totally a disgrace
i wanted to permanently wipe that smile off her face
no i'm not joking, yes i was choking
you look like you could be the mother of a girl
a girl i loved more than any other girl in the world
the way i treated her was totally a crime
i wanted to permanently wipe the joy out of my mind
you look like you could be the mother of a boy
who bored me more than any other man in the land
the way that he dogged me like i was totally a jerk
i wanted to permanently pound his prick into the dirt"

está de más decir que, no precisamente por voluntad mía, la única relación inestable que tengo ahora es la que tengo conmigo mismo, y que relaciones estables ya no tengo en stock. pero supongo que, al menos por el lado rítmico, este cambio de gustos al principio del todo inconsciente significa que la cosa va cuesta arriba. aunque yo, por eso de la sed crónica que suele aquejarme, así como de mi resistencia fisiológicamente inexplicable para esto del alcohol, siempre tiendo a pensar que el vaso de cerveza necesariamente está medio vacío... así lo haya ordenado recién.

díganme borracho. yo en todo caso prefiero eso a ser un diletante, que es la otra versión de lo que creo que soy.

el soundtrack son los greatest hits de talking heads, banda que realmente me empezó a encantar cuando me enteré de que era una de las favoritas, si no la favorita, del gran bret easton ellis. para mí también una de las indiscutiblemente mejores que ha habido. díganme influenciable...

a pedido popular (?), un pequeño comentario sobre los disturbios en francia de las últimas semanas. nada pues, qué voy a comentar. una reacción desesperada pero comprensible de una juventud que es tratada como escoria por el estado y el establishment de ese supuestamente tan multicultural país, pero difícilmente el fin de la quinta república. más bien una lamentable expresión de impotencia que ha llevado al recrudecimiento de las provocaciones policiales, que son básicamente leña al fuego para confrontaciones peores en el futuro. un levantamiento que no tiene absolutamente nada que ver con la supuesta violencia inherente a personas adherentes al islam, pero que es utilizado por muchos gobiernos de europa (alemania incluida), con la ayuda de los medios de comunicación que en su irresponsabilidad e ignorancia me parece que en este caso se han pasado, como pretexto para introducir leyes o métodos todavía más claramente racistas que todo lo que hubiera sido hasta ahora pensable... al fin y al cabo, el hijo de perra del ministro de interiores, sarkozy, ha logrado mal que bien controlar la cosa gracias a haber rebuscado en el enorme saco que es la tradición represiva del imperialismo francés para salir con leyes de emergencia que datan de la época de la guerra de l'algérie, y que nunca habían sido aplicadas en el interior del hexágono... lo cual es una provocación más en esta serie ya eterna de provocaciones estatales unilaterales.

yo creo que, si fuera pelado en banlieue, también quemaría carros y le tiraría piedras a los malditos flics (cops), a pesar de que el hecho de no ser pelado en banlieue sino más bien una persona ligeramente educada, un inmigrante privilegiado en muchos sentidos, y encima un antiguo partidario de la doctrina marxista de la revolución proletaria y no de la acción individual o gratuita, me hace estar consciente de que la piromanía de por sí no lleva a nada y es, de hecho, contraproducente.

pero cuéntenselo a los del banlieue... incluso el famoso argumento liberal clásico de que “están quemando los carros de su propia gente” es contestado, de la forma más lógica, con un “mis amigos no tienen carros”. “están quemando escuelas” es contestado con un “yo ya hace años no voy a la escuela”. y es que, en eso, de verdad que tienen razón los... hm, manifestantes no son. los rebeldes, digamos. quién demonios nos creemos, por más benevolencia que tengamos, los “intelectuales”, o los que vemos la situación desde lejos, para establecer conexiones entre la gente que tiene que vivir en esos infernales barrios, para construir un “ustedes” o “gente” tan nuevamente eurocéntrico y por lo tanto en última instancia provocador.

lo que no quita ni un ápice de la compasión que tengo por toda esa pobre gente que se quedó sin carro o sin negocio, o que pese a haber estado en contra de la violencia y a haber participado en las manifestaciones por la tranquilidad y etc. de ahora en adelante va a ser culpada aún más que antes de pertenecer a una “racaille”, como dijo sarkozy de los jóvenes en rebelión (“racaille” es algo así como “basura”, en el sentido en el que lo dijo el man), una “racaille” que supuestamente está llena de terroristas, revoltosos, vagos, retardados mentales, etc., y que por más pasaporte francés que tenga, y que por más que de ella provengan algunos de los mejores futbolistas del planeta (de lo que hasta chirac está semi-orgulloso, a regañadientes), la verdad es que para el estado lo mejor hubiera sido que no hubiera nacido. para que las cárceles no estén tan llenas, y los policías no tengan que trabajar tanto acosándola, provocándola continuamente, dándole palo y, a veces, asesinándola.

dejémonos de seriedades.

chaos (and that's an order).

pd: segunda tesis sobre soda stereo. soda es, al pop-rock latinoamericano, lo que borges es a la literatura latinoamericana. y a eso se debe también la naturaleza de su recepción en otros lados del mundo. quien me entienda se gana una luca. si a alguien le interesa puedo medio balbucear una especie de explicación.

pd 2: el maldito perfeccionismo me obliga a decir de entrada que los textos de violent femmes los saqué del internet, y que no son perfectas transcripciones de las canciones mencionadas, porque cuando los versos se repiten o algo en las canciones al man que transcribió la cosa no le interesó repetirlos. yo tampoco me quiero tomar el trabajo de hacerlo, empero, así que se vive con lo que hay...

28 de octubre de 2005

nothing stays the same


ayer u hoy, dependiendo de qué zona horaria consideremos (si la de la mayoría de mis por otro lado pocos lectores o la mía de acá, más solitaria), se conmemoró/se conmemora el trigésimo aniversario de la muerte de georges carpentier, alias “el hombre orquídea”, antiguamente célebre personaje del mundo del deporte y del espectáculo que, en nuestros tiempos despiadados, ha sido del todo olvidado y no representa más que una nota al pie de página para los más obsesos aficionados al boxeo o al arte muerto del cine mudo.

nacido en el norte de francia en 1894, carpentier hizo sus pininos en el pugilismo profesional a la edad de catorce años, para convertirse en el campeón de los pesos livianos de su país natal en 1911 y, después, ir subiendo paulatinamente de categoría e ir acumulando títulos a nivel internacional con una rapidez inusitada: en sólo tres años, entre 1911 y 1914, ganó los títulos de campeón europeo de los pesos livianos (1911), campeón europeo de los pesos medianos (1912), campeón europeo de los pesos pesados-livianos (1914) y, para rematar, campeón mundial de los pesos pesados “blancos” (quien sepa a qué se refiera ese “blancos” [white heavyweight champion] debería intentar explicármelo, porque yo, pese a saber que esa era la era de jack johnson, el primer campeón mundial negro, no lo entiendo del todo) en 1914, cuando la guerra lo obligó a hacer una pausa en su carrera deportiva para apoyar el proyecto imperialista de su patria en la fuerza aérea francesa, por lo que recibió la croix de guerre, la más alta condecoración para los soldados franceses que se han destacado por su “valentía” durante enfrentamientos bélicos.

en 1920, de vuelta al ring, digamos que ya de nuevo peleando por causas menos repugnantes, carpentier bajó una categoría para convertirse en el campeón mundial de los pesos pesados-livianos, título que pudo defender exitosamente hasta que, en 1924, gene tunney, el futuro campeón mundial de los pesos pesados (el primer campeón de los pesos pesados de la historia que se retiró invicto [en 1928], y por lo tanto uno de los más grandes), lo derrotó en nueva york por knockout técnico después de quince rounds legendarios.

en el interín, eso sí, más concretamente en 1921, carpentier había intentado lo que, a principios de los años veinte, parecía igual de temerario y absurdo que intentar declararle la guerra convencional a los estados unidos en nuestros días, o sea arrebatarle a jack dempsey, el nada injustamente apodado “asesino de manassa”, y sin duda uno de los más importantes deportistas norteamericanos de la primera mitad del siglo veinte, el título de campeón mundial de los pesos pesados, en una empresa que para carpentier acabó sin pena ni gloria (knockout en el segundo minuto del cuarto round) pero que tiene su trascendencia histórica, dado que se trata del primer match boxístico en el que las ganancias de los participantes llegaron al millón de dólares.

acaso carpentier se haya sentido al menos parcialmente vengado o rehabilitado por el hecho de que tunney, cuyos embates él había mal que bien podido resistir hasta el decimoquinto round, haya sido capaz de ganarle a dempsey (campeón del mundo desde 1919) en 1926, y encima de repetir la hazaña en la revancha de 1927 que, sin embargo, sigue siendo conocida como “the long count fight”, en vista de que tunney cayó en el séptimo round y el árbitro empezó a contar, según la teoría conspirativa al respecto, sólo tres o cuatro segundos después de que hubiera tocado la lona... porque dempsey no se retiró inmediatamente, como exige el reglamento, a su esquina. tunney, después de trece o catorce o quince segundos en la lona, ganó, al final, y pese a lo que digan los paranoicos de turno, unánimemente por puntos.

la carrera pugilística de carpentier nunca volvió a ser lo que fue, después de su derrota contra tunney en 1924, y hasta 1927, el año en el que se retiró. ahora bien, lo interesante de este personaje es que tuvo también una corta pero relativamente exitosa carrera paralela, nada menos que en el mundo del cine.

en efecto, carpentier había hecho su debut en 1920 en the wonder man, película de john g. adolfi en la que interpretaba a un boxeador que, en compañía de un agente del servicio secreto francés, desenmascaraba y combatía las maquinaciones de inescrupulosos criminales deseosos de estafar al estado francés en negocios turbios de cuyos detalles no tengo mayor información... como no tengo, tampoco, más información sobre las líneas argumentales de sus dos siguientes filmes, the gypsy cavalier, de j. stuart blackton (1922), y la symphonie pathétique, de mario nalvas y henry étiévant (1928).

su mayor hit cinematográfico, eso sí, fue defintivamente el primitivo semi-musical hollywoodense the shows of shows (1929), otra vez de adolfi, en cuyo elenco no sólo figuraba –no demasiado prominentemente– carpentier sino también personalidades del calibre de john barrymore, myrna loy, mary astor, dolores costello, viola dana, etc., y que más que una película era un vehículo promocional con el que se quería demostrar que muchas de las estrellas del cine mudo también tenían futuro en los en esa época tan modernos talkies.

en 1930, también en hollywood, carpentier volvió a interpretar a un boxeador en hold everything, de roy del ruth, pero a más tardar desde the shows of shows, o de la llegada del cine hablado, era obvio que su paso por la gran pantalla había sido un episodio cuyos días, en la nueva década de los treinta, estaban contados, sobre todo en el plano internacional. así, su próximo filme, toboggan (1933), de henri decoin, fue predeciblemente el último, pese a ser uno en lengua francesa...

carpentier se retiró del todo de la vida pública, en vista de que los tiempos habían cambiado, y 42 años de su vida están, ahora, sumergidos en el misterio, así como su carrera anterior en el olvido...

georges carpentier, gran boxeador y extravagante figura del cine mudo y de los primeros talkies, murió el 27 de octubre de 1975 y, en 1991, fue elegido para el international boxing hall of fame...

¿el soundtrack? para quien quiera saberlo, estoy escuchando the menace (2000), de elastica, un disco en el que esta gente se raya de una manera tan espectacular que es comprensible que no hayan vendido ni una milésima de lo que vendieron con su super-exitoso debut elastica (1995), tan popularizado entre otras cosas por la peli de culto trainspotting a mediados de los noventa.

el disco the menace es, por cierto, tan poco popular que después de un par de años de intentar encontrarlo por la vía normal, en las tiendas, tuve que comprármelo en ebay, y la verdad es que no quedé decepcionado. si elastica fue un bombazo new-wave que se le paraba al britpop de la época de la manera más soberana, the menace es un intento de crear una nueva música bailable que mezcle elementos electrónicos con distorsiones eléctricas más clásicas y con voces que apoyan a melodías que casi nunca forman verdaderas “canciones” en el sentido pop-convencional de la palabra (la canción más convencional es el magistral cover final del hit mundial “da da da” de trio, en mi modesta opinión uno de los mejores grupos alemanes de todos los tiempos, y lo digo en serio... grupo por otro lado famoso por constantemente deconstruir también el concepto de lo que es una canción pop y hacer un pop que raya en la perfección al mismo tiempo).

y creo que, por menos éxito que the menace haya tenido, sus repercusiones han sido considerables, a juzgar por lo que hacen ahora the kills o lcd soundsystem, entre otros (las repercusiones del debut, elastica, también son grandes: véase [o escúchese] a franz ferdinand, maximo park, kaiser chiefs, editors, etc.).

por cierto que a este carpentier yo no lo conocía para nada hasta ayer, pero descubrí hace poco la función en el international movie database en la que se puede buscar lo que pasó en el mundo del cine en un día cualquiera del calendario, y su historia me pareció tan bacán, dado que yo siempre he sido un fan del cine y, menos, pero durante cierta época de mi pre-adolescencia bastante, del boxeo (como espectador, nada más, claro, o mejor, como lector... pero es que todo eso de dempsey y de tunney de verdad que sí lo sabía desde hace años), que me dieron ganas de hacer un ejercicio de, no sé, tirarme en plan al menos parcialmente auto-irónico a erudito sin saber nada. escribir paja, pues. ilustrar la cada vez menos existente diferencia entre el “conocimiento” de otrora y la “información” de nuestra era, no sé...

gracias a wikipedia, también, claro...

acúsenme de idiota o, en su defecto, de pedante, o de ambas cosas, por mandarme un post tan malogrado en mi intento de ponerme tan vulgarmente semi-borgiano o (ya un poco menos vulgarmente, porque él mismo en comparación con borges es vulgar) semi-austeriano, pero no se me ocurrió nada más...

que en paz descanses, georges carpentier...

si quieren un homenaje por un cumpleaños de verdad les cuento en un par de días sobre el cumpleaños (póstumo) de “the most beautiful woman in the world”...

y por ahora no los aburro más.

chaos (and that’s an order).

pd: primera tesis sobre soda: la verdad es que ya se me olvidó. las otras dos vienen en las siguientes entregas.

pd: otro detalle pedante: el título del post es el de una canción de the menace que me fascina. no sé qué tiene que ver con el tema de hoy pero ya pues. como decía cirilo: “no... sho decía...”

11 de octubre de 2005

nacido en la fae (o lado b)

hamburgo es una ciudad que, como toda metrópoli de verdad, que es por lo menos lo que esta ciudad quiere creer que es, se divide en barrios de tan marcada “personalidad” (¿“barriolidad”?) que sus habitantes suelen sentirse más unidos a éstos que a la urbe en general, y suelen estar altamente influenciados por el flair de los barrios en los que viven. aparte de eso, gracias a esta fascinación por los barrios el small-talk de la reunión aburrida de turno no sólo se reduce al clima o al fútbol sino también a en qué barrio se vive y por qué uno lo encuentra de lo más bacán, o no, en comparación a otro barrio determinado, o a otro, o a otro...

yo, por mi parte, vivo en una isla llamada veddel, pero esto no siempre ha sido así.

en efecto, cuando llegué acá al primer mundo, hace ya milenios, digamos que en la época de oasis, las spice girls y el drum ’n’ bass, me tocó por obra y gracia de la providencia tener, como primera morada oficial (las primeras semanas estuve donde amigos, de aquí para allá, sin tener igual todavía ni idea de la geografía política de hamburgo), una habitación en una residencia estudiantil estatal que queda en un barrio más bien de clase media (con lo que eso significa en un país rico como es alemania, pese a todas las cantaletas de sus políticos austeros) pero que tiene un gran porcentaje de población estudiantil o de profesionales jóvenes, así como uno relativamente representativo (similar al promedio general de la ciudad) de extranjeros de diferentes partes: eimsbüttel, mi aun ahora añorado eimsbüttel. el sueño de casi todo quien llega a vivir a esta ciudad, este barrio: cerca de todo pero no realmente en el epicentro de la movida, bonito y decente pero no pequeño-burgués en el sentido de intolerante, en cuestiones poblacionales alegremente mezclado pero, cómo decirlo... no revuelto...

en cierto sentido, el barrio ideal para conocer esta ciudad sin asustarse de otros más sórdidos o más reminiscentes de los conservadores años cincuenta, o sin perderse desde el comienzo en los recovecos de la vida anfetamínica de st. pauli, del puerto...

una alemania simpática, en otras palabras, la que me recibió. una alemania sonriente en la que todo el mundo odiaba a kohl. allí, en eimsbüttel, transcurrió, por así ponerlo, mi a decir verdad bastante feliz época de freshman en esta ciudad...

luego suele llegar el amor, y llegó, así que corte, cambio de escenario brusco pero que en ese momento se sintió tan smooth, la temible decisión de si vivir juntos o no que fue tomada espontáneamente por nosotros, sin que parezca decisión, sin que parezca haber sido tomada: apartamento de cartoon (aquellos de ustedes que hayan estado allí, y sé que son un par, sabrán a lo que me refiero) compartido durante cuatro años con la pelada en eppendorf, un barrio otrora obrero y comunista pero, desde los años setenta/ochenta, más bien aniñado, pijo, fifí, no sé... burgués pues, en el que la gente se viste mucho más elegantemente que la de eimsbüttel, en el que las boutiques venden las mismas o peores cosas a precios exorbitantes, en el que no hay dónde comprar una cerveza o un döner kebab después de las once de la noche y en el que, por qué no mencionarlo, el porcentaje de extranjeros es risible (y eso tomando en cuenta incluso a los extranjeros europeos). pero es que nuestro apartamento estaba bien situado, nos salía barato, y la verdad es que la zona en sí no es ni tan insoportable ni tan homogénea como la describí en la línea previa. es, de hecho, también una zona de esta ciudad que extraño, y en la que me siento bastante en casa cuando estoy (yo siempre con mis ínfulas de ser, o de llegar a ser, un jay gatsby). un par de restaurantes buenos y de precios asequibles, uno o dos bares “de culto”. cuando uno descubre la gasolinera ya sabe dónde puede comprar la cerveza nocturna. la gente puede ir bien vestida pero tampoco es que te mire mal si es que vas medianamente a la altura (lo cual, en esa época, solía ser de alguna forma el caso). etc.

otro tipo de sonrisa de hamburgo, pues; quizás una más fría, más típicamente noralemana (hanseática), pero sonrisa... fue la zona en la que viví, también feliz, creo, el cambio de milenio, el fin de la new economy, el inicio del novísimo orden mundial; mi época de familia nuclear en hamburgo, en la que a mí y a mi pareja nos faltaban nada más el hijo, la hija, el perro y el gato (¡nada más!) para cumplir del todo con los requisitos que creíamos que nos imponía la sociedad. porque hasta tele en color teníamos...

como todo lo que sube tiene que bajar, o por alguna ley igualmente coactiva que ésta, el 2003 presenció una implosión que ni pienso ni puedo explicar, y de ahí hasta finales del 2004 me cambié, oficialmente, cuatro veces de casa. los dos apartamentos en los que más tiempo me quedé, sin embargo, quedaban al oeste de la ciudad, en altona, un barrio que hasta hace poco más de un siglo seguía siendo parte de dinamarca, y no de alemania, y que, por su cercanía al legendario st. pauli con sus interminables hileras de bares y puticlubs, pero también gracias a méritos propios como su multiculturalidad y su ambiente claramente progresista, es uno de los barrios más populares de hamburgo. no sólo mi situación habitacional, cerca del centro del quehacer cultural de esta ciudad, digamos, sino también la sentimental (me dejo de indirectas, chucha: otra novia), me llevaron durante este tiempo a ser un habitual de la bohème de la ciudad, o de una de ellas (hamburgo, la gran metrópoli...), con aterradoramente frecuentes visitas a conciertos, exposiciones, bares, reuniones, pinchadas de tal y tal dj, encuentros ad hoc con el personal...

la verdad es que no me puedo quejar, creo. uno se siente importante cuando está en la lista de invitados de algún grupo bastante famoso y respetado en la onda indie a nivel alemán, por ejemplo. pero no sé si se pueda decir que fue una época “feliz” (de las otras dos lo he dicho, entre otras cosas, porque cuando ya ha pasado tanto tiempo uno tiende a idealizar todo), aunque sin duda sí que fue una muy intensa e interesante, y supongo que en el contexto de lo que es la curva de mi vida, que es sobre lo que estoy ostensiblemente escribiendo, una necesaria. alemania sonriendo (?), pero con una sonrisa bizarra, digna de ser interpretada... ¿me sonríe o se ríe de mí? mi época de ser un bohemio más...

y ahora, por esas vueltas que da la vida o que, como ya dije una vez, uno le hace dar, yo acá, en veddel, una isla que no queda ni al este ni al oeste sino, pues nada, al sur (¡al sur! ¡un punto cardinal tan ontológicamente out en esta ciudad del norte!), un barrio marginal en el que básicamente nadie en su sano juicio quiere vivir, entre otras cosas porque es uno claramente inmigrante, poblado mayoritariamente por personas provenientes no de todo el mundo sino de turquía, albania, afganistán y ciertos países árabes y del áfrica negra, así como de, espectacularmente, ecuador. en serio que no hay ocasión en la que salga de mi casa y vaya a tomar el metro o algo y no vea a por lo menos un compatriota haciendo sus diligencias por las calles. y lo de que yo note tan inmediatamente, y sin conversar, que son compatriotas y no, pongamos, colombianos o peruanos, lo entenderá cualquiera que haya vivido muchos años fuera del país, además de que a veces me la ponen fácil hablando entre ellos (gente de la costa, no necesariamente de guayaquil pero de la costa, probablemente más bien plan milagro) o, mejor que mejor, llevando puesta la camiseta de la selección (veddel es, sin duda, el único barrio de la ciudad en que se puede ver algo así fuera de los días de los partidos de las eliminatorias).

obviamente, yo no tengo nada en contra de vivir aquí, e incluso me parece muy conveniente: la renta me sale muy barata, me queda cerca de los lugares a los que tengo que ir, mi apartamento está mucho mejor de lo que podría conseguir en otro lado incluso por mucho más dinero, me parece simpático ver a la gente de los diversos países aquí sí revuelta pero sin que pase nada, porque... ¿qué habría de pasar?

pero es que son un poco dos cosas. la una es la de siempre, y con “siempre” me refiero a siempre: eso de sentirse extranjero en todo lugar. porque, si bien yo reconozco a mis compatriotas, estoy seguro de que a ellos no se les pasa ni un segundo por la cabeza la idea de que yo pudiera ser ecuatoriano, y si yo saliera con la tricolor puesta (que es una cosa que, por muy diversas razones, también estéticas, no hago) los manes se preguntarían que qué le pasa a ese alemancito rayado...

todo esto, nótese, pese a mi pelo oscuro y a mis facciones bastante claramente latinoamericanas.

y la otra cosa que pasa es la de la curva vital, pues. si tuve mi barrio de freshman, mi barrio de aburguesado, mi barrio de bohemio... ¿éste es mi barrio de qué? barrio marginal, inmigrante, portuario... ¿cómo interpretarlo?

es más: ¡una isla! repito: ¿cómo..?

el soundtrack es un recopilatorio de mi ya mil veces mentada spex (le hago un link de puro aburrido): las que más me gustan son “chewing gum” de annie, “assassinator 13” de chikinki, “what i’m trying to say” de stars y “good weekend” de art brut (yo creo que sobre todo annie y art brut se van a convertir en grandes), pero igual ya me encamaron amablemente en un comment que mucha de la música que menciono aquí es totalmente desconocida...

merkel va a ser canciller en alemania, lo logró, ¡mierda! y la selección del ecuador lo logró, por su lado, también. vaya, qué bacán... una de cal y una de arena.

pero no entiendo... ¿cuál es la buena? ¿la de cal o la de arena? ¿y por qué?

¿por qué?

chaos (and that’s an order).

pd: pedazo de título para película de oliver stone, el de este post...

22 de septiembre de 2005

... que cuando llega ya se ha ido...

por más que mi popularidad por lo visto desciende aún más vertiginosamente que la del inefable george w., al menos a juzgar por la cantidad de comentarios (qué va a decir holsten, man), voy a esforzarme por escribir un par de palabras medianamente pensantes y retomar esta república inconstante de absurdistán a la que se le puede llamar también mi blog. y no puedo menos que empezar diciendo que sí, que ha pasado un montón de tiempo, y que esto de no escribir regularmente en un espacio tan... ¿precario? como el de un servidor se convierte en un círculo vicioso, en plan de que mientras más tiempo pasa sin que uno actualice menos ganas tiene uno de actualizar, a pesar de tener uno una lista mental de temas posibles que se hace cada vez menos fácil de administrar así... en la mente.

pero es que, por un lado, he tenido bastante que hacer para movidas diversas que no tienen nada que ver con estas páginas y, por otro, como dijo la profecía de antes, la presencia del ya mil veces mentado pascal en mi casa me distrae: siempre que hay que decidirse entre escribir algo para modestia aparte o ver una peli/bajar a tomar una cerveza gana el hedonismo, que no el exhibicionismo. el cual es, como todo el mundo sabe, una actitud que a mí igual no me va para nada, digan lo que digan algunos que igual no tienen idea.

para colmo de males, hay algo que me ha desconcentrado más de la cuenta durante la última semana. y no me refiero a esa parodia de democracia alemana, de la que supongo que ya está enterada mal que bien la gente de todos los países, en la que los dos candidatos principales al puesto de canciller simplemente se niegan a aceptar que, ambos, perdieron, y que la verdad es que lo único bueno que podrían hacer es abandonar la política de una vez por todas (como ha hecho justo hoy joschka fischer, el ministro de exteriores, en una jugada que más que honrosa es inteligente, a su manera [a la manera de él, oportunista clásico], porque el gran joschka [todavía el político más popular en este país] espera obtener dentro de poco un alto puesto en la burocracia de la comunidad europea).

efectivamente, los resultados de las elecciones al bundestag del domingo son el equivalente alemán, “estable” y tan supuestamente civilizado, del ya tan popular “que los maten a todos” de las explosiones de furia latinoamericanas de los últimos años. la socialdemocracia pierde casi cinco puntos en comparación con el 2002, cuando sacó un porcentaje considerado ya en ese entonces como catastrófico y que le permitió permanecer en el gobierno con una mayoría basada en miserables 6.000 votos, que en un país donde más de sesenta millones de personas están empadronadas son sinónimo de nada. la democracia cristiana, por su parte, ha conseguido lo impensable: perder votos en comparación con el 2002 y acabar con uno de los tres peores resultados electorales de su historia después de haber tenido, hasta hace pocas semanas, la posibilidad real de ganar la mayoría absoluta. los verdes y los liberales son igual de intrascendentes que antes, quintas ruedas del coche, y los únicos que han realmente ganado son los así llamados “izquierdistas” (que de eso no tienen nada), un partido ad hoc creado por los ex-stalinistas del este y por un puñado de socialdemócratas desencantados y enemigos de schröder del oeste.

en qué acabará todo esto es difícil de predecir, pero no me extrañaría que haya que volver a convocar a elecciones. por lo pronto, el circo de todos estos hijos de perra perdedores que quieren convencer a la gente de que ganaron cuando es demasiado evidente que perdieron es tan patético que ni divertido es.

pero, como decía, no es esta tonta historia la que me ha tenido alejado de la pantalla, sino más bien la nueva novela de bret easton ellis, lunar park, que por fin me decidí a comprar después de un mes de esperar que algún alma caritativa me la regale, y que acabo de terminar de leer hace menos de una hora. me cuesta creerlo, porque después de glamorama yo creía que no había cómo escribir un libro todavía más brillante, pero bret easton ellis se ha superado a sí mismo y, no menos increíblemente, se ha convertido, a sus 41 años, en un “adulto”.

digo que me parece increíble por lo demasiado bien lograda que esta conversión ha acabado siendo, aunque era predecible: el debut de éste mi autor favorito (junto con don delillo, aclaro una vez más, como en otro post), less than zero, es una novela adolescente, llena del angst existencial y de la desolación propias de una juventud demasiado adinerada; the rules of attraction, la segunda novela del man, en cambio, es un retrato agridulce de la vida superficial e indistinta de niños y niñas de la burguesía en un college de elite estadounidense. american psycho, la tercera obra de ellis, y con diferencia la más famosa, es un alegato estremecedor en contra de la (a)moral yuppie de los años de reagan, pero al mismo tiempo una historia de lo que es el mundo laboral en un ambiente en el que no propiamente se trabaja, sino que sólo se hace dinero a punta de vampirismo económico, como es arguably el de wall street. the informers, un libro al que algunos llaman novela y otros colección de relatos, es un poco un retorno a las raíces (bret easton ellis asegura que básicamente lo escribió antes que less than zero, pero yo no le creo del todo, porque el desarrollo de su virtuosismo estilístico es demasiado obvio): tiene lugar en l.a. y no en la costa este de estados unidos, nos enfrenta mayoritariamente a historias de jóvenes muy jóvenes (y, una vez más, millonarios) dedicados a consumir y a vivir sus pseudo-vidas intercambiables, abandona el tono satírico de american psycho y, en parte, de the rules of attraction, para decantarse por uno más serio, reminiscente del de less than zero, etc.

y luego viene glamorama, esa novela de la que alguien escribió que uno de los mayores placeres al leerla es intentar imaginar cómo van a interpretarla las personas que la analicen en unos cincuenta años, esa novela magistral que es un relato de los fracasados, o no (quien quiera claridad no la va a tener ni leyéndola, porque lo único que queda claro al final de glamorama es que nada está claro), esfuerzos de victor ward por madurar, “abrir los ojos” (esa imagen es uno de los muchos leitmotifs de ese mamotreto de casi 500 páginas), aceptar que hay un mundo más allá de él y de su juventud y de su dinero y de su belleza física.

y ahora llega lunar park con un par de rupturas impresionantes: el personaje principal se llama, muy a lo houellebecq, nada menos que... bret easton ellis. todo el universo ellisiano anterior, poblado de siempre los mismos, y siempre aterradoramente similares, personajes, es relegado al mundo de la ficción dentro de la ficción. porque lunar park empieza nada menos que con una especie de autobiografía ficticia en la que se nos cuenta, en primera persona, la historia de un novelista que se hizo famoso demasiado pronto, y demasiado de golpe, con un libro llamado less than zero; que protagonizó la polémica literaria más importante de los últimos veinte años en usa con los avatares relativos a la publicación de american psycho; que tiene como mejor amigo nada menos que a jay mcinerney (otro escritor buenísimo que, en la “realidad”, es el mejor amigo de ellis); que siente, muy egocéntricamente, que su existencia es especialmente trágica porque tiene que vivir bajo el “peso” de ser el más importante escritor norteamericano de su generación; etc.

pero, casi imperceptiblemente, este antipático comienzo se va convirtiendo, poco a poco, en una novela sobre una familia, en la que (por primera vez en la obra de ellis) niños desempeñan un papel crucial, para luego, poco a poco, transformarse en un thriller que desciende hasta los más “baratos” niveles de las novelas de terror de, digamos, stephen king, con monstruos incomprensibles y todo, y acabar siendo una reflexión sobre asumir responsabilidades, revivir al padre que se mató metafóricamente durante la juventud, aceptar que, a partir de un determinado momento, uno es una versión más de ese padre atávico, que se niega a irse, a dejarse matar.

no cuento más, mucho menos el final, para que mi pana el sociópata no me vuelva a criticar (con toda razón), como en su comment a mi post anterior, por revelar demasiado a la hora de comentar, como hice (mea culpa, todos estamos... ¿creciendo?) con mi crítica de la película crónicas, y sobre todo porque en este caso (a diferencia de en crónicas, donde me parece que está más o menos claro hacia dónde la historia se dirige, y de la que diría que no es realmente un thriller sino un psicograma [¿existe esa palabra?]) es un placer indescriptible ver a dónde nos está llevando este man de ellis, a qué oscuras profundidades de su mente perversa y genial.

lo que puedo contar, por si alguno de los pocos lectores es fan, es que la autorreferencialidad de bret easton ellis sigue ahí, y que por eso ese escape de su universo particular no es un escape sino una expansión: uno de los personajes de lunar park se disfraza de patrick bateman, el psicópata de american psycho; las oraciones “deal with it”, “rock and roll”, “people are afraid to merge”, “you have potential” y –sin duda la más famosa de todas las que ha escrito este autor– “disappear here” aparecen prominentemente en el texto, a veces más de una vez; el equipo de filmación surrealista que acompañaba a victor en glamorama es ahora una entidad misteriosa llamada “the writer” que acompaña al... escritor (al personaje principal, bret easton ellis... me estoy haciendo bolas); y otro poco de ejemplos que considero ocioso enumerar...

un festín para los enfermos de bret easton ellis, en otras palabras, así como la experiencia estética más satisfactoria que he tenido desde que leí, digamos, mao ii, de don delillo, hace unos tres años.

el soundtrack, por si a alguien le interesa dicho tema, es el room on fire de the strokes, un grupo que por más berreado que sea a mí me parece buenísimo, entre otras cosas porque el cantante, julian casablancas, tiene ya, a su corta edad, una voz y una figura de alcohólico que no sólo lo hacen simpático sino, según yo, todavía no tan adulto como bret, también interesante...

y sólo para escribir algo más, pese a que ya me parece que estoy exagerando con la longitud, someto a votación el tema de mi próximo post. me contagió, creo, esto de la euforia propia de las elecciones en alemania. los candidatos: a) tres tesis sobre soda stereo (?), b) mi barrio marginal, y lo que éste representa en la curva en picado que es mi existencia y c) comentarios sobre las tres peores películas que he visto este año. a quien quiera le ofrezco también mis opiniones sobre las visitas al dentista, así en general...

ya pues, sé que el nivel de participación en estos comicios será risible, pero qué le vamos a hacer con la “cultura democrática” del mundo actual... message in a bottle.

chaos (and that’s an order).

pd: por cierto que, por lo que veo en la red, a la mayoría de los críticos lunar park le parece una basura. pero eso siempre es así, con los libros de este man. perros de pavlov, para mí, estos críticos que no reconocen la calidad. e igual a mí siempre me ha gustado, también por falta de opciones, estar en minoría...

27 de agosto de 2005

crítica bomba a paso de tortuga

hace un par de días pasaron en el quizás absurdamente llamado "fantasy filmfest" de hamburgo (festival especializado en thrillers y pelis de ciencia ficción, pero sobre todo en el género de terror) nada más y nada menos que la gran crónicas, película ecuatoriano-mexicana en cuya realización trabajó más de un amigo mío y que yo, ya tanto tiempo alejado de nuestras tierras, así como migrante turro que no se preocupa por adquirir ciertas cuestiones autóctonas o algo en internet, no había visto todavía. de manera que, en compañía de mascha, quien es algo así como mi mejor amiga, así como del ya mencionado pascal y del por algunos de ustedes conocido troyen, me fui al cine a ver qué tal el producto al menos parcialmente nacional, y, en mi caso al menos, a rendirle mi tributo a mis panas que se deben haber sacado la madre para que esta película exista.

y quedé agradablemente sorprendido, del todo. me gustó el tono general de crónicas, empezando, claro, por esos casi insoportables primeros veinte minutos en los que estamos a punto de ver un snuff, pero también todo lo siguiente que consiste, básicamente, en diálogos más o menos bien logrados, que consiguen crear una idea de la monstruosidad de los crímenes de los que se está hablando sin nunca describirlos con detalles ni caer en flashbacks estúpidos con tomas de acciones violentas o idioteces similares. a decir verdad, tengo que decir que hasta me sorprendió que sebastián cordero, el director, se haya aguantado las ganas –que probablemente nunca tuvo, pero que cualquiera podría tener– de filmar al menos un par de escenas sensacionalistas, o de poner un par de efectos no especiales sino dramáticos fáciles para conmover, o chocar, más guturalmente al espectador. yo, eterno fanático de las más brutales slasher-movies que hay, tengo que decir que me parece que la decisión de que en esta película, fuera de esos magistrales minutos iniciales, no se vea casi nada de violencia, fue una muy sabia.

eso sí, y quizás precisamente por eso de ser un enfermo de las pelis de terror, me pareció que al final se desaprovecha un poco el suspenso potencial del escape de vinicio con su hijastro robert. en la última escena en la que se los ve a los dos, y en la que queda medio claro que este señor va a matar al niño, se pudo haber alargado más la cosa, en mi opinión, se pudo haber hecho todavía más siniestro todo el ambiente de la “despedida”, precisamente para que el último plano, el de la casa esa demolida (para mí tan reminiscente de the blair witch project, aunque esta referencia creo que me la estoy inventando yo de la nada), que está subrayado por una banda sonora que yo, al menos, no logré descifrar como ningún sonido perteneciente a la naturaleza, y que por lo tanto es especialmente aterradora... decía, se pudo haber enfatizado más el suspenso para que ese plano sea todavía más estremecedor.

ahora bien, el troyen ya había visto crónicas, y me había advertido que invitarla a mascha era un poco arriesgado, dado que la película era muy “fuerte” y que el final era tan terrible. y, en efecto, tanto mascha como pascal acabaron parcialmente traumatizados por la experiencia de haber asistido con nosotros al cine para ver esta patada al huevo del espectador incauto, que quiere ver una película “étnica”.

más allá de la dureza-sutileza con la que, a mi parecer, es llevada (y bien llevada) la historia durante la hora y media del filme, me gustaron muy especialmente las actuaciones, con lo que no me refiero sólo a las de los predeciblemente buenos intérpretes extranjeros sino, sobre todo, a las de los ecuatorianos: camilo luzuriaga no le pide nada al policía siniestro gringo del thriller de turno, y hugo idrovo en mi opinión se pasa cual licenciado semi-poderoso en una cárcel putrefacta del litoral. incluso personas que tienen papeles menores, como el travesti guayaquileno, como el mismo robert o como... ya no me acuerdo del nombre, la esposa de vinicio, están totalmente a la altura de las circunstancias.

en general me pareció una película que, sin ser ninguna obra maestra, es una que no sólo se deja ver sino que merece ser calificada de muy buena. y por cierto que los imparciales extranjeros que la presenciaron conmigo dijeron lo mismo o, para ser más honestos, fueron todavía menos críticos que yo.

porque, efectivamente, un par de detallitos me molestaron, sin, sin embargo, haber sido capaces de dañarme la experiencia estética general al ver estas tan esperadas crónicas. por ejemplo, me molestaron tres –creo que fueron nada más tres– pinceladas costumbristas que, para mí, no tenían razón de ser, sino que sólo estaban allí para presentar un poco más explícitamente ciertos aspectos de eso que es la “realidad” ecuatoriana. el uno es el momento en el que, en la cárcel, un pelado se le acerca al camarógrafo y, sin que venga a cuento (y sin que el tema sea realmente retomado después), le empieza a contar que lleva un año en la cárcel, sin sentencia, por haber sido encontrado con un chafo, unito nada más. ok. todo quien haya vivido en el ecuador sabe lo injusto de la legislación anti-drogas local, así como lo arbitrario del trato a las personas que son encontradas con drogas y que son tratadas como criminales terminales sin ni siquiera recurso a dicha de por sí inhumana legislación, pero simplemente no veo qué tenía que buscar esa pequeña “protesta” en una película que trata de otro tema.

el otro detalle costumbrista para mí innecesario fue el de presentar al ya mencionado camarógrafo mexicano fotografiando a pajarracos para mí, que sólo he pasado mil veces por babahoyo, pero nunca me he quedado ahí, desconocidos (¿o son murciélagos?), parándose en los cables de la calle y haciendo un escándalo típicamente latinoamericano a la hora del crepúsculo. o sea, bacán, a lo mejor eso pasa por allá en el trópico. ¿de qué sirve mostrarlo tan incisivamente en el contexto de crónicas?

por último, el hecho de que (¡de nuevo!) el camarógrafo mexicano sufra de vértigo en los “puentes” miserables que conducen a tantas moradas de la costa ecuatoriana es como un querer meter demasiado abiertamente el dedo en la llaga de que, efectivamente, muchísima gente vive así, en casas de caña a las que sólo se puede acceder por medio de construcciones precarias que parecen puentes, y de que eso es “anormal” (lo pongo entre comillas porque, bien pensado, no es para nada anormal, no sólo por la cantidad de personas que viven en este tipo de viviendas sino porque por qué habría de ser más “normal” ir al apartamento de uno en ascensor). este por mí así llamado “defecto” costumbrista de la película es presentado, por otro lado, al menos de una manera un poco graciosa (el mexicano queda mal), de modo que no me molesta tanto, o no me parece tan claramente semi-mesiánico, como los otros dos (y sobre todo el primero) mencionados.

pero lo que más me molestó de la película (que, insisto, por otro lado me pareció muy buena, o sea no sólo sin duda la mejor que he visto del ecuador sino una que tiene mucho peso más allá de consideraciones puramente nacionales) fue la algo absurda, y en mi opinión totalmente gratuita, historia erótica-romántica entre manolo (john leguizamo, quien creo que en la peli se llama así) y su productora. no le vi ni pies ni cabeza, pese a que siempre está bien ver una escena de sexo, por más velado que sea, y por más que después lleve a esa supuestamente chistosa conversación entre el ya por cuarta vez mencionado camarógrafo y manolo, en la que el primero le dice que se nota, por lo cabreada que ella está, que él se la tiró...

el soundtrack es el mano a mano de aute y silvio, que está en mi compu, cortesía, como todo lo de la compu, de mi hermano. buenísimo. no realmente mi dato pero buenísmo.

mi cd-player ya dijo que ya. rip. todavía no me he comprado uno nuevo, pero tengo que hacerlo entre otras cosas para escuchar a fondo el nuevo de los gorillaz, que me regalaron hace poco y que ayer puse en el dvd-player de mi compañero de piso, para regocijo general, y que está excelente. como no podía ser de otra manera, la verdad...

¿por qué se me sigue poniendo la carne de gallina (¿o era “la piel de gallina”?) cuándo escucho la versión de “ojalá” de este disco? el himno latinoamericano, me temo, pero es que a veces uno se quiere liberar de los "himnos".

en fin, que fue una experiencia muy interesante ver los puentes destruidos de babahoyo en el cine. la gente de nueva york estará más que acostumbrada a ver los lugares por los que diariamente transita en películas, pero los ecuatorianos no (aunque no es que yo transite, ni nunca haya transitado, diariamente por esos apocalípticos puentes).

por otro lado, me encantó por fin darme cuenta, por mi propia cuenta, de que esta obra de la que he escuchado tanto merece realmente la pena, y de que –con defectos y todo, como todo– está en capacidad de gustar no sólo por nostalgia inmigrante barata sino por puro valor artístico propio. como digo, tanto pascal como mascha quedaron fascinados. ambos fueron, también, quienes más problemas tuvieron, en el sentido más físico o fisiológico, para soportar la secuencia del linchamiento. la cual, enfatizo, para que mis panas que trabajaron en esto no crean que critico como un hijo de puta, así nada más por criticar, encontré buenísima, pese a lo cual no pienso –como por lo visto pensaron algunos críticos de la yoni, y no sólo de la yoni, según me enteré en el blog de uno de los involucrados en crónicas– que el resto sea un anti-clímax... al contrario, me pareció un gran acierto narrativo, y uno que requería valentía: que al principio te den un batazo en la cabeza y después te pongan en plan suspenso psicológico. es (casi) mucho esperar del espectador, o demasiado respetarlo. o respetarlo bien.

tanto pascal como mascha insisten en que va a pasar una semana antes de que dejen de soñar con todo eso del señor al que lo queman... y con la muerte del chiquillo este robert, quien, por más vivito y coleando que está hasta el final, tiene sus segundos contados en el marco de la peli...

lo más interesante, por otro lado, fue que pascal, al estar tomando algo con mascha y el troyen y conmigo después de la peli, nos mencionó que una de las cosas que más lo habían sorprendido es que las calles en el ecuador, por lo visto, no están todas asfaltadas... el man es de procedencia surinamesa, pero jamás ha estado en el tercer mundo, así que creía, poniéndose la mano en el corazón (y nótese que se trata de una persona no sólo inteligente sino también políticamente consciente), que en todo el mundo las calles eran un poco como las de europa...

chaos (and that’s an order).

pd: ya le dije a pascal que tenemos que irnos de viaje al ecuador. no puede ser que uno crea que, de verdad, en todos lados hay autopistas de tantos carriles...

pd 2: en defensa de pascal, y es que le acabo de contar lo que escribí antes de postearlo, el troyen nos contó que su hermano, juan josé, tuvo que durante tres días trasladar lodo al lugar donde se filmaría dicha secuencia inicial de crónicas, para que sea más “realista”... pascal dice que lo engañó, una vez más, el set... maldito “hollywood”...

pd 3: antes de que alguien me lo eche en cara, el título de este post es, si no me equivoco, una paráfrasis de un titular ya olvidado de la también desgraciadamente -e injustamente- olvidada revista guayaquileña "tiempo libre", que a tantos de nosotros nos inspiró y formó en esos años, los que iban de la mitad al final de los ochentas...

18 de agosto de 2005

for your eyes only

en alemán se le llama “sommerloch” (“agujero del verano”) al cada año fácilmente constatable fenómeno de que, al menos en europa, durante los meses de julio y agosto, pero sobre todo en agosto, las noticias dejan de ser interesantes y hay que convertir diversas banalidades en “noticias”. aviones que se caen, o el encuentro mundial de los jóvenes católicos en colonia, por ejemplo, con la participación del tan incomprensiblemente idolatrado otrora inquisidor y ahora papa ratzinger. pero es que es un poco lógico: los políticos están de vacaciones, y es sabido que las revoluciones o revueltas suelen tener lugar, por alguna razón desconocida por mí, una persona que se niega a creer que el clima afecte tanto a la gente, durante las otras estaciones del año, pero no en verano.

dado que es verano por acá, pues, aunque no parezca verano (llueve todo el tiempo, esto es un otoño adelantado), tenemos el problema de que nos encontramos ante un agujero. y la pregunta que me hago es, claro, cómo llenar mi agujero personal, en otras palabras esta existencia mía o, para ponernos menos trágicos, este descuidado blog.

y como no se me ocurre nada inteligente o inmodesto que contar, les voy a describir un poco cómo se ve la pared que tengo, en este momento, enfrente de mí. pared blanca. las paredes blancas yo suelo relacionarlas con viviendas temporales, que no son realmente el lugar en el que uno se siente “en casa”. este tipo de viviendas me han acompañado, por esos vuelcos que da la vida, o que uno le hace dar, durante más de dos años ya, pero por alguna razón me entró hace poco el trip de que quería pegar un par de fotos de gente a la que admiro. cosa que me inspire a la hora de escribir o algo (ya dice). así que, hace poco más de una semana, estuve un par de horas dedicado a crear una especie de panteón visual para ingresar al cual hacen falta sólo dos requisitos: 1) tener algo que ver con el mundo de la música, y 2) ser de sexo femenino.

para comenzar, pegué una foto de la en mi opinión, pero a decir verdad indiscutiblemente, mejor vj de alemania, la pese a su juventud ya legendaria sarah kuttner (aquí en compañía de gwen stefani, quien después de haber sido ni fu ni fa con su grupo no doubt se ha convertido en una cantante en solitario que me parece genial, candidata a estar en mi pared), quien no sólo que es un cague de risa y tiene un carisma excepcional sino que encima escucha muy buena música (se nota en las selecciones que hace en su show, o yo al menos me creo que esa es la música que ella, personalmente, escucha) y además es tan fresca que, durante las entrevistas, critica a sus artistas invitados de una manera que es, para la televisión, bastante brutal.

luego tenemos una foto chiquita de the donnas, banda femenina norteamericana de plan punkero en el sentido del punk de los ramones, y a la que vi en vivo en marzo del 2003. muy clásicas estas niñas, muy repetidoras de una fórmula, pero según yo no por no dar para más sino porque para eso están, para mantener la fórmula del punk neoyorquino setentero (aunque no sé si ellas sean de ny) y pasársela a las generaciones que han de venir (qué apocalíptico que me he puesto). no se trata de uno de mis grupos favoritos, pero no sólo que estas cuatro chicas cumplen con los dos requisitos para estar en el panteón de mi pared de otra manera tan blanca, sino que además tenía la foto a la mano. y que están, de todos modos, muy bien.

después tenemos a juliette lewis, a quien supongo que no hay que presentar mayormente, siendo ella como es una de las actrices más cult para la gente de mi generación (y de mi onda, también, a lo mejor), pero quien ahora, con su banda the licks, ha sacado un disco que escuché el otro día entero en una tienda y que me pareció buenísimo. también en plan punkero, pero más tiro grunge que las donnas, menos tradicional, aunque el grunge es lo más tradicional que hay. quién hubiera dicho, en todo caso, que pese a sus cantos en natural born killers o, más impresionantemente, en strange days, esta mujer realmente tenía talento para la música.


sigamos con la alguna vez ya mencionada guitarrista de ash, charlotte hatherley, a quien puse en mi pared más que nada para tirarme a cool (como si alguien viera mi pared, aparte de mis compañeros de piso), porque, como ya alguna vez conté, ash no es santo de mi devoción, y la verdad es que su disco en solitario lo he escuchado una sola vez entero (aunque el primer single lo tengo, cortesía de spex, mi revista favorita de alemania y a decir verdad del mundo, entre las que conozco, que no son muchas). siempre queda bien tener a una británica, no sé, si uno se quiere tirar a bacán en esto de la música.

porque pese a que su colega hotel (conocido también como jamie hince) es británico, vv (aka alison mossheart), la mejor mitad de the kills, es gringa, y como the kills es una de mis bandas favoritas del momento (no tengo ninguno de los dos discos de ellos, pero cada que estoy donde alguien que los tenga los escucho, o también en las tiendas... como ven, pierdo bastante tiempo en las tiendas, imaginando tener dinero para comprar lo que me gusta) esta mujer no podía más que estar representada con una foto que es igual de grande que las de sarah kuttner y juliette lewis.



y no es porque me guste menos, sino porque no tenía una foto más grande, que mi ídolo emiliana torrini (esa islandesa-italiana cuyos dos discos son en mi caso dos de las mayores razones “para no cortarse de un tajo las venas”, como diría joaquín sabina) está presente en mi panteón fotográfico de la pared blanca con una foto relativamente pequeña. esta mujer tiene una voz angelical. yo la vi en vivo este año, y ella estaba enferma –por eso, por ejemplo, estaba prohibido fumar en la sala en la que el concierto tuvo lugar–, y la última canción tuvo que cortarla por un “ataque de tos” (otra vez sabina), sólo para después de ofrecer sus disculpas al respetable cantarla desde el principio otra vez, esforzándose hasta lo inhumano, por lo que recibió, claro, ovaciones espectaculares, y es que era evidente que no estaba actuando. por cierto que yo, al igual que ella misma, estoy harto de que la comparen con björk nada más por el hecho de la procedencia. todos mis respetos a björk, quien, si dejara de ser tan “etérea” como se ha puesto desde hace un par de discos, estaría en mi panteón también, pero emiliana es una grande que no necesita una gran hermana.

el soundtrack es la banda sonora original de una de mis películas favoritas, punch-drunk love (qué postmoderno que soy, yo, poniendo de soundtrack nada menos que un... soundtrack. the copy of a copy of a copy), que me regalaron hace un par de días y que, a pesar de lo rayado que es, o precisamente por eso, me encanta.

la gran ausente en mi panteón es la mayor divinidad que existe en el universo musical hasta el momento, y no me refiero a courtney love o kim gordon o meg white (quienes también me fascinan, y serán incluidas en cuanto consiga buenas fotos de ellas) sino a la mejor de todas las personas que hacen música en la actualidad, en mi opinión, o sea a kim deal. pero a ella la tengo en mi desktop en plan la foto que me da los buenos días cuando prendo mi computadora, o sea ésta que ven aquí, así que sería un poco redundante tenerla también en la pared.

como ven, he intentado con toda la honestidad y con toda la intrascendencia del mundo llenar el famoso agujero. como se darán cuenta, también, porque así de transparente soy, no ha sido sólo para que ustedes puedan deleitarse con mis profundos pensamientos, sino también para intentar aprender a poner fotos en el blog. vamos a ver si resultó.

chaos (and that’s an order).

pd: dado que carezco de ese aparato fabuloso llamado scanner, las fotos que he puesto en este post, exceptuando la de kim deal, son todas diferentes a las que tengo en mi pared blanca. espero que esta deficiencia me sea perdonada, sobre todo considerando que soy, como ya dije, una no-entidad para esto de la tecnología. digamos que esto ha sido un pequeño paso para un hombre, pero uno gigantesco para... ¿la humanidad?

pd 2: a ver si no se quedan culo con ese pedazo de diseño gráfico. fotos en zigzag... un diseño gráfico muy... gráfico. dos años de haber trabajado en editorial luz a lo mejor no pasan en vano. ja.

pd 3: por cierto que eso del agujero del verano, en sentido político, no se aplica a alemania este año, en vista de que estamos en plena campaña electoral, la cual, sin ser tan, digamos, idiosincrática como las campañas en ecuador, es muy interesante y polémica...

8 de agosto de 2005

rage against the machine

no me pregunten por qué, dado que para esto de la informática yo soy poco más que un cero a la izquierda (a lo más, dos ceros a la izquierda, que matemáticamente igual es lo mismo que un cero a la izquierda), y dado que mi conexión al internet es rápida y buena, pero por alguna razón mi messenger no quiere funcionar del todo bien. o sea, cuando funciona, funciona, pero siempre tengo serias dificultades para abrirlo: hago click en el botón que me dice “anmelden” (¿“inscríbase”? ¿o qué dice dicho botón en castellano?) y los dos muñequitos esos verdes empiezan a dar vueltas como quien baila vals, pero sólo por unos segundos, para después detenerse y dejarme frente al botón inicial. de modo que me toca volver a cliquear, para que pase lo mismo, y luego volver a cliquear para que pase ídem.

la tecnología confabulada, una vez más, contra un pobre ecuatoriano promedio en el exterior...

a veces me desespero y desisto después de repetir el proceso unas veinte veces. la mayor parte de las ocasiones en las que trato de meterme al messenger, sin embargo, lo consigo a punta de una perseverancia que me gustaría tener para cosas algo más importantes, en plan de que me pongo a jugar ping-pong con el maldito botón e intentar reaccionar sin dejar que pase ni una décima de segundo entre el momento en el que los muñecos ladillas y aguafiestas dejan de bailar hasta que yo he vuelto a hacer el click correspondiente. esto suele funcionar, para mi sorpresa, casi siempre cuando ya me he dicho “ok, lo intento cinco veces más”, y antes de que se venza el plazo, o a lo más unos pocos clicks después, pero no muchos. en efecto, a veces hago trampa, pero nada más un poquito...

otras veces me pongo místico y me siento todo un luke skywalker intentando no pensar sino sentir, intentando ganarle al desgraciado botón por medio de la “fuerza”, de cerrar los ojos y cliquear al azar o, en su defecto, de clavar los ojos en la ventana de marras, sin parpadear, para vencer la resistencia de los muñecos cortanotas con lo siniestro de mi mirada.

una vez más para mi sorpresa, estos métodos heterodoxos me dan resultado bastante a menudo. pero, joder, ¡no siempre!

lo bueno es que, por lo menos, cuando ya estoy dentro estoy dentro, no es que el man me bota de puro cabreado... algo es algo.

no sé... insondables son los designios de bill gates, supongo.

el soundtrack es una mutilación insoportable de the gilded palace of sin de the flying burrito brothers, ese grupo legendario que fusionó en este su primer álbum, a finales de los sesenta (1968), el country con el pop-rock de una manera tan aparentemente natural, tan como sin tener que esforzarse para hacerlo, y a un nivel de calidad tan elevado, que es mencionado no pocas veces como una de las bandas más influyentes de la música norteamericana de los últimos cincuenta años (junto con the velvet underground, por ejemplo). y digo una mutilación insoportable porque mi lucha contra la tecnología no se reduce a mis problemas con el messenger, sino también a mi relación de amor/odio con mi cd-player, que yo creo que ya se decidió nada más a odiarme y a negarse a tocar un cd entero sin que las canciones salten en los momentos más imprevistos y, claro, en los momentos más inoportunos (todo momento es al mismo tiempo imprevisto e inoportuno cuando el cd-player te caga la música con saltos y pausas y loops involuntarios)...

ya saqué el disco del interior del traidor ese marca kenwood, que antes era mi amigo, y me resigné a escuchar la puta construcción que tengo frente a mi ventana y que alguna vez mencioné. me tocará autoregalarme un equipo de sonido para mi cumpleaños, y prescindir de la nueva novela de bret easton ellis, lunar park, que aparece el 16 de agosto... así es: después de siete años de ardiente espera, por fin mi escritor favorito (junto con don delillo) se digna a intentar superar ese en mi como de costumbre modesta –¿u obtusa?– opinión brillante tour de force, esa verdadera obra maestra, que es glamorama (1998), novela que, sin embargo, es considerada por muchos la peor del man, o así al menos he leído en foros en la red...

la diferencia entre la opinión de quienes dicen que bret easton ellis va de bajada desde su primer libro (less than zero [1985, aunque algunas fuentes dicen 1986, y no tengo el libro conmigo para comprobar la fecha – pero creo que es 1985 anyway]) y mi opinión, según la cual en cada una de sus novelas se ha superado a sí mismo, tanto en ambición como en envergadura como en virtuosismo estilístico como en capacidad de estructuración, por no mencionar en eso que podríamos llamar “encontrar su propia voz”... la diferencia, decía, es que yo tengo razón y esos otros no...

y es que no soy ni de lejos el único pedante que prefiere la complicadísima glamorama a la buenísima pero algo demasiado ochentera, algo demasiado impresionista y –como diría victor ward, el personaje principal de glamorama– realmente muy poco “bret easton ellis-ish” less than zero. así que tampoco estoy solo en esto...

la cosa es que estoy muy emocionado por dentro de poco poder leer algo nuevo del man, a menos que el maldito cd-player, la máquina, me lo impida al obligarme a hacer otros gastos...

chaos (and that’s an order).

pd: por lo visto lo recluté a pascal al mundo de los blogs. el man no sabía de la existencia de este medio, lo que me pareció extraño, pero ahora que se enteró está decidido a empezar. eso sí, por razones difíciles de explicar en pocas líneas (y que igual le tocará a él explicar en su propio blog [que estará escrito, por desgracia para el público hispanoparlante, en alemán, claro]), pero que tienen que ver con la política local de hamburgo, el man debuta, según él, recién el 23 de septiembre.

2 de agosto de 2005

death to modestia aparte!

en efecto, estuve hasta considerando dejar de escribir en este espacio, que es el único realmente público para el que escribo, más que nada por la más convencional desidia, pero también un poco por una sorprendente falta de temas sobre los que escribir que es, al mismo tiempo, y paradójicamente, tanto causa como efecto de tener tantos temas sobre los que escribir. después de todo, nada más fácil que ver una película medianamente buena (o, mejor, una pésima) y comentarla, o hacer lo mismo con algún libro, o contar alguna banalidad de esto que es mi existencia por acá, o contar las últimas aventuras de pascal, mi pana a quien mencioné hace años, y quien ya no emigra al extranjero sino nada más a berlín, dentro de un par de meses.

recontradictorio, el man, claro: viviendo en berlín le toca estar todavía más cerca del cotidiano circo político alemán que viviendo en hamburgo.

o podría haberme dedicado a, con algo más de esfuerzo, intentar sintetizar lo que pienso sobre, no sé, la crisis de la comunidad europea, el mito (en el sentido barthesiano) del tour de france, las elecciones adelantadas en alemania, la tragedia medial que se nos avecina por esto de los astronautas condenados a permanecer en el espacio exterior. o sobre lo de hiroshima. acabo de ver un documental al respecto...

o películas de woody allen, por ejemplo. mi favorita siempre había sido hanna and her sisters, pero hace poco vi interiors por primera vez y me quedé literalmente sin palabras. es, con distancia, la más seria y pesimista de todas sus obras (incluso más que another woman o que husbands and wives), hasta el punto de que uno acaba decepcionado de la raza humana después de haber visto el espectáculo de lo disfuncional de una familia de intelectuales de la costa este gringa durante hora y media. pero uno acaba esperanzado, también, porque por más psicóticas que sean todas las familias (para parafrasear a douglas coupland) siempre hay tipos como woody allen para conmover hasta la médula al más fogueado de los espectadores.

con esto último no quise decir que yo sea el más fogueado de los espectadores. sólo quería usar un lugar común bastante... común.

pero eso de intentar determinar “mi favorita de woody allen” es igual de absurdo e inmaduro que determinar “mi álbum favorito de los beatles”, “mi actor favorito”, “mi novela favorita”, “mi mejor amigo” o “la mujer de mi vida”. me parece que con la edad uno se da cuenta de que no se puede reducir todo lo que el mundo puede ofrecerle a uno en el plano de los estímulos a un único artefacto cultural favorito, o a una sola persona que ocupe el puesto del “mejor amigo”, o a una sola persona de quien uno pueda saber, antes de haber llegado al último de sus días, o de gozar al menos de distancia histórica, que es la pareja ideal para toda la vida.

los discos de los beatles son todos tan buenos que uno puede, en mi opinión, tener favoritos sólo por fases, dependiendo de lo que le esté pasando a uno en otros contextos culturales en momentos determinados. si se tiene la suerte de tener no muchos, pero sí al menos varios, muy buenos amigos, no hay cómo no darse cuenta de que, viéndolo bien, siempre hay diferentes “mejores amigos” de acuerdo con lo que uno hace con ellos. está el “mejor amigo” para chupar, el otro que es “mejor” para conversar de amores, el otro que es “mejor” para hablar de política, el otro que es “mejor” para cuestiones tan poco trascendentales como el cine, la música, la literatura... está la “mejor amiga”, que por razones relacionadas con la hetero-monógamo-normatividad de nuestra sociedad siempre tiene un estatus al menos ligeramente diferente...

está uno de los “mejores amigos” de antes, con quien uno no ha hablado en años, un poco por distancia física y otro por resentimientos mutuos, pero quien también siempre estará entre los “mejores amigos” porque eso de la fidelidad es un ideal que uno persigue, pese a estar uno consciente de que, como todo ideal, es simplemente inalcanzable, y porque ya pues, hay cosas más fuertes que uno, creo, quizás como la amistad.

y en cuanto a la mujer de mi vida, yo creo que sé cuál es, en mi caso. claro que sólo de mi vida hasta este momento, y como por lo visto tan viejo tampoco estoy...

el soundtrack es el amor amarillo de cerati, que escucho de cuando en cuando no sólo por nostalgia sino porque me encanta (sigue estando entre mis diez discos para una isla desierta – aunque eso de hacer listas de los discos que uno se lleva a una isla desierta es por lo menos igual de inmaduro que intentar determinar cuál es la mejor de woody allen, sumado a que para qué mierda quiero discos en una isla desierta si el agua y la sal me dañan el cd-player). también lo escucho muy seguido porque mi cd-player, aun sin haber tenido que soportar un naufragio todavía (sólo uno o dos naufragios en sentido figurado. luca a quien me entienda), se niega a tocar un montón de mis discos, sean estos piratas o no. y el amor amarillo le va de maravilla, por alguna desconocida razón (¿porque “amarillo” y “maravilla” casi riman, tal vez?).

yo casi sólo tengo discos originales (no shit). no me gustan los discos quemados a la rápida y sin los nombres de las canciones, los datos de la banda, las fotos o los dibujos del folleto del interior, la portada, etc. en eso sí soy bien tradicionalista (y estúpido, porque no tengo suficiente plata para comprarme discos on a regular basis).

¿mi canción favorita del amor amarillo? ja... la verdad es que si tuviera que elegir sería probablemente “rombos”, pero “bajan”, “a merced” y “te llevo para que me lleves” no se quedan atrás...

¿la última aventura de pascal? por esas cosas de la vida, dicho señor vive ahora en mi casa, porque es amigo tanto de mi compañero de piso como mío, porque tenemos un cuartito que igual no usamos para nada, y porque el man necesitaba un lugar donde quedarse antes de irse a berlín. si sigo valiendo en esto de la constancia, le podemos echar la culpa a él, ya que su extrovertida y alegre presencia en un apartamento tan chiquito como que me desconcentra...

that’s all folks.

chaos (and that’s an order).

pd: esta estructura que me he ido armando (lo de tener por lo menos dos temas, lo del soundtrack, lo del chaos, lo de no contar cosas personales pero tampoco escribir aburridos “artículos”) ya se me está empezando a convertir en un corsé...

pd 2: pero tranquilos que a este blog le queda cuerda para rato... así sea como living dead.

pd 3: ¿qué habrá sido eso que escribí arriba de que “mi favorita [de woody allen] siempre había sido hannah and her sisters”? ¿dónde quedan manhattan y zelig, por ejemplo?

12 de julio de 2005

never mind the weight watchers here's udo pollmer

hace pocas semanas, la revista spiegel publicó, en el contexto de un artículo sobre alimentación, obesidad y la manía del ser humano contemporáneo con respecto a las dietas, una entrevista con un nutricionista llamado udo pollmer, quien es presentado como un enfant terrible en su campo. y, efectivamente, el señor se lanza unas afirmaciones más o menos sorprendentes. asegura, por ejemplo, que todas (¡todas!) las dietas que no son diseñadas a nivel estrictamente individual son “charlatanería”: “¿qué valor tienen las recomendaciones generales? cada persona es diferente, cada una tiene un metabolismo distinto. a ningún zapatero se le ocurre tampoco proclamar una única ‘talla saludable’. pero cuando se trata de la alimentación, que depende en gran medida de necesidades individuales, creamos normas universales”.

esto es, obviamente, difícil de negar, sobre todo considerando que las recomendaciones generales cambian cada par de años y que lo que era antes demonizado es, muy frecuentemente, denominado saludable después de un cambio de paradigmas: piénsese, por ejemplo, en la moda norteamericana actual de la comida “low carb”, diametralmente contraria a la de la comida “low fat” de hace una década y algo más. pero lo que pasa es que este pollmer va más allá y acusa a algunas de estas recomendaciones generalizadas de poder conducir nada menos que a la muerte: el consejo de tomar todo el tiempo líquidos, por ejemplo, que según él ha sido la causa de “intoxicaciones” en las que el cuerpo tiene demasiada agua y muy poca sal, o la recomendación de comer las manzanas sin pelarlas, porque hay supuestamente personas cuyo metabolismo les impide procesar lo que sea que haya en la cáscara de una manzana, de modo que cuando mueren, en la autopsia, uno encuentra “hígados llenos de cera de manzana natural”.

¡comer cosas connotadas como saludables en nuestra cultura y en nuestros tiempos es, entonces, no sólo poco satisfactorio, sino hasta dañino!

las plantas, según pollmer, “producen sustancias para defenderse de los animales que se las comen. por eso la mayor parte de la gente tiene problemas de digestión bastante marcados cuando come cereales o granos crudos”. por ejemplo, en el brócoli y en la soya hay –siempre siguiendo a pollmer, claro– una sustancia llamada indol-3-carbinol, que es cancerígena. esta sustancia, eso sí, es destruida cuando el brócoli es cocinado, pero el punto es demostrar que la línea entre lo que es sano y lo que no lo es parece ser menos nítida de lo que suele ser presentado por los diversos medios de divulgación “científica”, que suele también ser aceptado sin mayor uso del pensamiento crítico por el público en general e incluso por gente por otro lado tendiente al escepticismo.

etcétera.

en lo que hay que confiar según este man, finalmente, es en el apetito de uno, así de fácil. si uno quiere comerse la manzana, debe ser porque el cuerpo se lo está pidiendo. si uno prefiere no comerse la manzana, debe ser porque el cuerpo sabe que o no la necesita o no la puede digerir. si a los niños no les gusta el brócoli, debe ser que el cuerpo les está indicando amablemente que dicho vegetal no es realmente el más apropiado para ellos...

y definitivamente algunas de las recomendaciones que uno escucha por todos lados carecen de sentido, como la de tener que ingerir líquidos incluso antes de sentir sed. como dice pollmer, “¿para qué nos dio, entonces, dios la sed?”

el soundtrack es la bulla indistinta pero molestosa de una construcción que hay acá frente a mi ventana, obra que me tiene ya con los nervios de punta porque o los trabajadores encargados de ella son lerdos o se llaman penélope o el alcalde de hamburgo ha aprendido del ecuadorian way-of-life y esto es un vulgar negociado, pero la construcción no parece querer tener final. por suerte tengo el sueño pesado, pesadísimo, cuando lo concilio, así que al menos no me despiertan a una de esas horas de la madrugada (o sea, a eso de las siete o las ocho de la mañana) cuando, sádicamente, y todos los días, empiezan a martillar.

dos aclaraciones. la una: supongo que se nota que la mención que hace pollmer de dios es puramente retórica, o sea que no es que este man no es sólo enfant terrible sino también, no sé, testigo de jehová. la otra es que supongo que se nota lo poco inspirado que estoy: por eso el tiempo transcurrido desde el anterior post, por eso el tema algo absurdo de mis divagaciones vespertinas de hoy...

no atribuyan estas divagaciones, en todo caso, a un repentino interés por las dietas despertado por el cada vez más preocupante crecimiento de mi otrora tan envidiablemente plana barriga, ni a un intento de justificar frente al mundo, y más que nada ante mi conciencia, mis hábitos alimenticios desordenados y miserables.

más bien el haber elegido este tema se debió al placer de ver cómo hay gente que duda sistemáticamente de las verdades de perogrullo de la rama particular en la que está situada, del mismo modo que yo intento hacer en mi/s rama/s (si es que en vista de mi eclecticismo diletante se puede hablar de alguna/s rama/s), y pese al hecho de, naturalmente, yo no poder tener ni idea de si este señor tiene razón en todo lo que dice o no...

chaos (and that’s an order).

pd: hablando de hábitos alimenticios, el otro día me tomé un helado de vainilla y jengibre, nada menos, en una heladería nueva y supuestamente muy cool que han abierto acá, llamada "eis-dealers" (¡qué "cool", carajo! dealers...), en la que venden helados con sabor a zanahoria y a eneldo (una planta de cuyo nombre en castellano yo no tenía idea, siendo yo un cero a la izquierda en esto de la cocina, pero que acá es muy popular), entre otros sabores similarmente escandalosos. la verdad es que me quedo con el viejo chocolate, con la vieja vainilla, ya si me pongo novedoso con maracuyá o algo, pero jengibre nunca más. el imperio de las tradiciones. en algo hay que ser conservador.

2 de julio de 2005

nos vamos poniendo viejos

parece mentira que haya pasado ya algo más de un año desde ese día glorioso en el que, against all odds, logré ver a los pixies reunidos, todos juntos, tocando en berlín esas joyas musicales que han hecho, desde el final de mi adolescencia (cuando quiera que sea que ésta se acabó, como creo que es el caso), mi vida un poco más soportable... los vi el 29 de junio del año pasado, en efecto, y aunque no fue el mejor concierto al que he asistido, sí es sin duda el que más fervientemente he esperado de todos, así como que al que más obligatoriamente tenía que ir. john lennon y george harrison tendrían que ser resucitados por algún científico loco, y los beatles después de eso decidirse a hacer un tour, para que lo de los pixies pueda ser superado. creo que ni si abba se reuniera sería igual de emotivo para mí.

el concierto fue relativamente masivo, porque los pixies eran igual la banda más conocida de entre las bandas desconocidas, en su tiempo, y son ahora mucho más famosos que cuando existían (en parte cortesía de david fincher, el director de fight club), además de que les abrían nada menos que franz ferdinand y ash.

franz ferdinand estuvo espectacular: se sabe que fue el grupo del año 2004, en el que toda revista de música seria eligió su disco debut como el mejor, o al menos como uno de los mejores, del año. ahora ya no son necesariamente la banda más cool del momento (eso es a lo mejor maximo park, o m.i.a., que no es realmente una banda pero está rebien), aunque hoy leí que ya acabaron de grabar su segundo disco y que va a ser lanzado al mercado en otoño (adivinen quién va a ser un comprador), después de lo cual se van de gira por el mundo (adivinen quién piensa asistir al concierto). los manes no son realmente guapos ni nada, pero hacen una performance de dandys que lleva tanto a mujeres como a hombres sensibles a encontrarlos arrebatadoramente sexy. uno de ellos se mueve igualito que paul mccartney en los tiempos de “i wanna hold your hand”, con la única diferencia de que exagera el movimiento de brazos tan típico de paul de la época de una manera tan aparentemente inocente que no parece que fuera una cita sino un gesto natural del man.

desgraciadamente, la presentación de franz ferdinand duró poco, como no podía ser de otra manera dado que sólo tenían –sólo tienen– un disco de poco más de treinta minutos de duración. excelente, de todos modos, ver a un grupo que evidentemente nos va a acompañar muchos años en el momento en el que acaban de reventar con un álbum superlativo.

de ash no sé bien qué decir... la guitarrista charlotte hatherley es casi insoportablemente cool, en el buen sentido de la palabra, pero la verdad es que me gusta más su disco en solitario, grey will fade, que los que ha hecho con su mundialmente famoso grupo. la música de ash es como demasiado evidentemente indie, demasiado compuesta de acuerdo a una fórmula... demasiado straightforward indie. uno tiene todo el tiempo la certeza de en qué momento entra la batería, de en qué momento cambian de acorde, de cuándo se va a acabar la canción. no surprises, con ash. esa parte del recital estuvo medio aburrida, así que me dediqué a tomar cerveza y a conversar con panas.

y luego, bueno, la apoteosis... yo me había comprado dos vasos de cerveza antes de que salgan los pixies, para no tener que distraerme en medio concierto, pero ni bien salieron black francis aka frank black, kim deal, joey santiago y david lovering al escenario las miles de personas presentes se pusieron a saltar de tal modo que me empezaron a regar la cerveza, cosa que se hizo ya preocupante cuando empezaron a tocar, de modo que me tocó bajarme las dos cervezas en un santiamén y quedarme frío si lo que quería era conservar mi puesto de fanático penoso en una de las primeras filas de la multitud.

y eso era lo que quería, efectivamente.

mi suerte perra me llevó, eso sí, a estar casualmente del lado de la tarima en el que estaba joey santiago, y no en el de kim deal, quien como ya mencioné en un comentario a un post anterior es lo más cercano a un ser divino que existe, en mi modesta opinión. de todos modos gocé el concierto como el que más, canté junto a otros miles de fans canciones que nunca creí que iba a escuchar live (“debaser”, “river euphrates”, “dead”, “hey”, sobre todo “gigantic”, etc.). vitoreé a kim y a black aka frank como un vulgar aficionado, que es lo que soy igual. brinqué como un pobre adolescente y acabé molido y ronco pero, creo, algo así como feliz...

pese a toda la euforia, no pude ni puedo desconectar mi lado crítico, y me molestó un poco que el concierto haya sido un poco el concierto de unos dinosaurios queriendo hacer plata y sin nada nuevo que decir. tocaron los greatest hits, por así decirlo, y de los dos discos menos populares de los cinco de su discografía no tocaron casi nada (si no recuerdo mal, sólo dos canciones de bossa nova y una de trompe le monde, dos discos que fueron flops, pero el doolitle lo tocaron casi entero, lo cual no es extraño, dado que es el álbum más exitoso de los pixies). no hubo canciones nuevas, ni versiones sorprendentes o modificadas de las canciones viejas. no hubo mayor contacto con el público, aunque esto igual siempre fue la marca registrada de los pixies (black francis aka frank black siempre con su cara de cabreado, joey santiago lo mismo, david lovering detrás de su batería demostrando que es, al mismo tiempo, el de aspecto más “normal” y el mejor músico de la banda, kim deal sonriéndole a todo el mundo, un amor de persona como es ella, además de probablemente borracha, pero sin poder decir nada por la hegemonía de frank aka black...).

fue más una peregrinación, un ritual, que un gran concierto, pues. había que verlos porque había que verlos (hablando de tautologías), pero no me ofrecieron nada nuevo...

ahora bien, lo viejo de ellos sigue siendo en cierta manera tan nuevo que igual me vale... para nuevo, vi a franz ferdinand. lo de los pixies fue otra cosa. un déjà vu, en cierto sentido. algo que yo, en mis sueños, ya había visto pasar...

el soundtrack, como no podía ser de otra manera, es pixies, el trompe le monde. es el disco menos conocido de los manes, y yo durante algunos años no le presté mayor atención, pero ahora me parece excelente, y sin duda es muy diferente a los cuatro anteriores. es como que de verdad fuera una transición entre los pixies y la carrera posterior en solitario, o con la banda the catholics, de frank black.

qué viejo estoy... ya es un año de haber visto a los pixies... tres de haber visto a los breeders, también en berlín... creo que cuatro de haber visto a manu chao cerca de bordeaux... y 18 (¡18!) de haber visto a los ilegales en el estadio modelo de guayaquil, en ese concierto legendario y constitutivo que es, también, el concierto inaugural de mi vida de melómano al que mi padre tuvo la amabilidad de llevarnos a mí, a mi hermano, al troyen y a otro pana, pese a la histeria anti-rock latino de la época...

de verdad que hay veces en las que el mundo no lo trata a uno tan mal...

chaos (and that’s an order).

pd: eso de “chaos (and that’s an order)” es sacado de una canción de frank black, por cierto, sólo para que vean que soy un enfermo. aunque conozco a alguien todavía más enfermo que yo en lo que tiene que ver con los pixies y su universo (de hecho, este individuo me introdujo hace algo más de diez años -mierda, de veras estamos viejos- a este universo musical, por lo que le estaré siempre agradecido), y dicha persona lee este blog...

pd 2: el título de este post es el de una canción de víctor heredia, a quien también tuve la suerte de ver, y dos veces, en 1989, creo, y en 1996...

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